September 16, 2008
Breves: El socialismo de Wall Street
El año pasado cuando comenzó a sonar la alarma de la insolvencia en el sistema financiero, y los bancos centrales entraron a inundar los mercados con dinero fácil, nos dijeron que la crisis estaba contenida. Lo mismo dijeron en marzo con el rescate de Bear Sterns. Hace sólo unos días, con el rescate de Fannie Mae y Freddie Mac, era segurito que ahora sí el daño había sido contenido. Y ahora esta semana ha comenzado con la quiebra de Lehman Brothers, y el gigante asegurador AIG está también en situación de insolvencia. A este punto, ya la FED ha inyectado ya este año 600,000 millones de dólares a los mercados financieros.
Como lo dicen los analistas del Instituto Juan De Mariana, no importa lo que hagan los bancos centrales ni los gobiernos, la crisis continuará y las quiebras no se detendrán. Se trata de una súper crisis de solvencia, no de liquidez.
Y las medidas de rescate alimentadas por los bancos centrales, como dice Jim Rogers, es socialismo para los ricos, porque elimina uno de los elementos esenciales del sistema capitalista, cual es el riesgo. Si usted toma decisiones que resultan en pérdidas económicas, debe asumir las consecuencias. Cuando el gobierno entra a rescatar a las empresas fallidas, lo que hace efectivamente es premiar las quiebras y castigar a quienes no tomaron decisiones desacertadas en materia económica. Mediante la inflación, la clase trabajadora, los pequeños empresarios y profesionales de clase media, son quienes terminan pagando los platos rotos, mediante la erosión del poder adquisitivo de sus ahorros y salarios.
Además, estas medidas inflacionarias, no sólo no evitan el colapso económico que culmina el ciclo, sino que agrava la crisis y la destrucción de riqueza que eventualmente se desenmascara. Y como acaba con los ahorros de la clase media, acaba destruyendo a ésta. Es ahí que los discursos de los demagogos y los tiranos alcanzan una audiencia de gente desesperada, que está dispuesta a escuchar lo que sea. América Latina está plagada de ejemplos históricos, y la Alemania de Weimar y la hiperinflación de 1923, que acabó con la clase media alemana, fue lo que creó las condiciones para que ese pueblo terminase poniendo en el gobierno al régimen nazi.
La crisis continuará agravándose y los gobiernos, lamentablemente, continuarán empeorando aún más las cosas con su intervencionismo. Triste, pero así es.
Como lo dicen los analistas del Instituto Juan De Mariana, no importa lo que hagan los bancos centrales ni los gobiernos, la crisis continuará y las quiebras no se detendrán. Se trata de una súper crisis de solvencia, no de liquidez.
Y las medidas de rescate alimentadas por los bancos centrales, como dice Jim Rogers, es socialismo para los ricos, porque elimina uno de los elementos esenciales del sistema capitalista, cual es el riesgo. Si usted toma decisiones que resultan en pérdidas económicas, debe asumir las consecuencias. Cuando el gobierno entra a rescatar a las empresas fallidas, lo que hace efectivamente es premiar las quiebras y castigar a quienes no tomaron decisiones desacertadas en materia económica. Mediante la inflación, la clase trabajadora, los pequeños empresarios y profesionales de clase media, son quienes terminan pagando los platos rotos, mediante la erosión del poder adquisitivo de sus ahorros y salarios.
Además, estas medidas inflacionarias, no sólo no evitan el colapso económico que culmina el ciclo, sino que agrava la crisis y la destrucción de riqueza que eventualmente se desenmascara. Y como acaba con los ahorros de la clase media, acaba destruyendo a ésta. Es ahí que los discursos de los demagogos y los tiranos alcanzan una audiencia de gente desesperada, que está dispuesta a escuchar lo que sea. América Latina está plagada de ejemplos históricos, y la Alemania de Weimar y la hiperinflación de 1923, que acabó con la clase media alemana, fue lo que creó las condiciones para que ese pueblo terminase poniendo en el gobierno al régimen nazi.
La crisis continuará agravándose y los gobiernos, lamentablemente, continuarán empeorando aún más las cosas con su intervencionismo. Triste, pero así es.