September 17, 2008

 

¿Cómo participa un libertario en Política?

El título de esta entrada es una interrogante que no ha encontrado una respuesta definitiva entre los libertarios. Es evidente que el libertarianismo, como postura política fuerte y radical no encuentra problemas para asumir posicionamientos ideológicos frente a la actualidad política de su nación, región o del mundo. Sin embargo, esa misma postura esencialmente ideológica nos encuentra más cómodos en posiciones críticas distantes al proceso político, sea en la academia, o en plataformas de opinión de la mal llamada sociedad civil. Nuestras contribuciones desde ambos espacios son sin duda valiosas, porque la batalla ideológica persiste, desde nuevos parámetros y con lenguajes renovados, lo políticamente correcto. Pero a pesar de que insistimos que las políticas públicas vuelvan a los "grass roots", nuestro discurso se ha quedado en el debate de la intelectualidad y visto por muchos, no sin razón, como un exotismo ideológico.
Debido a las tendencias sistémicas al colectivismo presentes en los regímenes democráticos, muchos libertarios -en lo referente al ejercicio del voto, me incluyo-, se resisten a participar en cualquier proceso político, a los que consideran como arenas contaminantes que llevan al individuo a aceptar actitudes centradas en el Estado que desvirtúan el mensaje libertario. La lógica de esta argumentación, presente en obras de notorios libertarios como Hans-Hermann Hoppe o Anthony De Jasay es muy válida, e incluso se encuentra sustentada por referencias clásicas de la academia política como Joseph Schumpeter o Anthony Downs. Sin embargo, la solución propuesta de esperar al colapso de un sistema viciado, viviendo en lo posible al margen de la política, simplemente preservando un pensamiento político correcto liberal, es un absurdo.
No podemos esperar que un libertario, que conoce las ventajas que trae la vida civilizada al goce de la libertad y a la búsqueda de la felicidad, soporte vivir casi al margen de la sociedad política y acepte sin reparos un viaje inéquivoco a autoritarismos y totalitarimos.
Los libertarios tenemos que entrar en la arena de la competición política y el camino a seguir es precisamente el de nuestros contrarios ideológicos, la izquierda radical de distintos cuños. La inserción de estos en partidos centristas les ha brindado un acceso en el discurso político de masas y en el diseño de las políticas públicas de Estado que los amigos de la libertad han tenido con contados gobiernos en todo el mundo, y si los primeros lo han logrado a través de alianzas políticas intrapartidistas, nosotros sólo lo hemos hecho por invitación de algún líder político que "accidentalmente" resultó liberal.
El partido político moderno, orientado a explotar los nichos electorales, está conformado por activistas especialistas, que en determinadas coyunturas políticas asumen el peso decisorio en la dirección del partido. Si miramos el PRD panameño, la desorganización de la oposición política ha permitido que la línea del partido se acerque a las elites más radicales; esta situación también puede darse en un partido de centro derecha, y la única condición necesaria -fuera de una coyuntura política de hegemonía electoral contínua, por visualizar un caso- es la existencia de un núcleo o facción libertaria lista para asumir un rol protagónico en el partido.
Señores, para mojar hay que jugar, y para ello toca a veces obviar las condiciones adversas del partido. Sé lo difícil que es formar un partido o elegir algún partido para militar; pero también sé que la elección ya se nos presenta como ineludible.

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