September 14, 2008
La virtud del egoísmo : “Derechos” colectivizados
Dado que sólo el individuo puede tener derechos, la expresión “derechos individuales” es redundante. Pero la expresión “derechos colectivos” es una contradicción en los términos.
Cualquier grupo es simplemente una cantidad de individuos y no puede tener derechos diferentes a los de los miembros individuales. En una sociedad libre, los derechos de cualquier grupo se derivan de los de sus miembros mediante su elección voluntaria e individual y su acuerdo contractual. Esto se aplica a las sociedades, negocios, asociaciones profesionales, sindicatos, partidos políticos y otros grupos.
Un grupo, como tal, no tiene derechos. Un individuo no puede adquirir nuevos derechos ni perder los que tiene al unirse a un grupo. El principio de los derechos individuales es la única base moral de todos los grupos o asociaciones.
La noción de derechos colectivos, o sea, de que los derechos pertenecen a los grupos y no a los individuos, significa que los derechos pertenecen a unos pero no a otros, que algunos tienen derecho a disponer de otros, y que el criterio para esa posición privilegiada descansa en la superioridad numérica.
Esta doctrina descansa en el misticismo, sea en su variante religiosa o en la moderna mística social que considera la sociedad como un superorganismo, una entidad sobrenatural superior a la suma de sus miembros individuales.
La moralidad de esta mística colectivista se manifiesta particularmente en el tema de los derechos nacionales. Una nación es un grupo de individuos y no puede tener derechos diferentes a los de sus ciudadanos. El gobierno no es el dueño sino el servidor de sus ciudadanos y no tiene más derechos que los delegados por éstos. Una nación como esta tiene derecho a su soberanía y a que sea respetada por las otros naciones.
Pero las tiranías y las dictaduras no pueden reclamar este derecho. Una nación que viola los derechos de sus ciudadanos no puede reclamar ningún derecho. El derecho de “autodeterminación” sólo aplica a las sociedades libres.
El derecho de una nación a establecer su forma de gobierno no incluye el derecho a esclavizar a sus ciudadanos.
Los derechos individuales no están sujetos al voto público; la mayoría no tiene derecho a eliminar los derechos de la minoría; precisamente la función política de los derechos es proteger a las minorías de la opresión de las mayorías.
Cualquier nación libre tenía el derecho de invadir a la Alemania Nazi y a la URSS, o cualquier otra nación sometida a la dictadura. El hacerlo o no depende de muchas circunstancias, pero no del respeto a los inexistentes derechos de dictadores mafiosos.
( Ayn Rand, The virtue of selfishness, Pag. 118-124 )
Dado que sólo el individuo puede tener derechos, la expresión “derechos individuales” es redundante. Pero la expresión “derechos colectivos” es una contradicción en los términos.
Cualquier grupo es simplemente una cantidad de individuos y no puede tener derechos diferentes a los de los miembros individuales. En una sociedad libre, los derechos de cualquier grupo se derivan de los de sus miembros mediante su elección voluntaria e individual y su acuerdo contractual. Esto se aplica a las sociedades, negocios, asociaciones profesionales, sindicatos, partidos políticos y otros grupos.
Un grupo, como tal, no tiene derechos. Un individuo no puede adquirir nuevos derechos ni perder los que tiene al unirse a un grupo. El principio de los derechos individuales es la única base moral de todos los grupos o asociaciones.
La noción de derechos colectivos, o sea, de que los derechos pertenecen a los grupos y no a los individuos, significa que los derechos pertenecen a unos pero no a otros, que algunos tienen derecho a disponer de otros, y que el criterio para esa posición privilegiada descansa en la superioridad numérica.
Esta doctrina descansa en el misticismo, sea en su variante religiosa o en la moderna mística social que considera la sociedad como un superorganismo, una entidad sobrenatural superior a la suma de sus miembros individuales.
La moralidad de esta mística colectivista se manifiesta particularmente en el tema de los derechos nacionales. Una nación es un grupo de individuos y no puede tener derechos diferentes a los de sus ciudadanos. El gobierno no es el dueño sino el servidor de sus ciudadanos y no tiene más derechos que los delegados por éstos. Una nación como esta tiene derecho a su soberanía y a que sea respetada por las otros naciones.
Pero las tiranías y las dictaduras no pueden reclamar este derecho. Una nación que viola los derechos de sus ciudadanos no puede reclamar ningún derecho. El derecho de “autodeterminación” sólo aplica a las sociedades libres.
El derecho de una nación a establecer su forma de gobierno no incluye el derecho a esclavizar a sus ciudadanos.
Los derechos individuales no están sujetos al voto público; la mayoría no tiene derecho a eliminar los derechos de la minoría; precisamente la función política de los derechos es proteger a las minorías de la opresión de las mayorías.
Cualquier nación libre tenía el derecho de invadir a la Alemania Nazi y a la URSS, o cualquier otra nación sometida a la dictadura. El hacerlo o no depende de muchas circunstancias, pero no del respeto a los inexistentes derechos de dictadores mafiosos.
( Ayn Rand, The virtue of selfishness, Pag. 118-124 )