September 24, 2008
Por una Cultura de Autonomía Personal
Hasta hace poco estuve participando en una discusión sobre la "seguridad alimenticia", tratando de refutar el argumento de que si queremos que todos los ciudadanos de un país tengan asegurada su alimentación, tenemos que proteger la producción nacional de alimentos. Fuera de probar que racionalmente afirmar tal cosa es un sinsentido y que los resultados de cualquier política económica proteccionista no se corresponden con el objetivo de garantizar la oferta contínua y barata de alimentos ni con la lucha contra la pobreza, di mucha importancia al argumento moral, es decir, la cuestión de que es imprescindible respetar el derecho de cada persona a disponer como quiera de sus bienes, sea para adquirir otros bienes de nacionales, sea para adquirirlos de extranjeros, y que cualquier medida que coercione al individuo a escoger de otra manera es un irrespeto a su autonomía y en consecuencia un acto inmoral.
El argumento moral por lo general se ha utilizado contra el mercado, simplemente como una forma de descalificar, asumiendo quienes no quieren libertad que ellos son morales y los otros no, sin discutir en ningún momento si su postura es en verdad moral. Lo cierto es lo contrario, no hay espacio social más moral que el mercado, por la simple razón de que se construye sobre la agregación de actos voluntarios.
Sobre el fundamento ético del libre mercado les sugiero la lectura de un artículo de Nicholas Capaldi, aparecido en el Journal of Private Eterprise (Vol.XX, No.1), con el título de "The Ethical Foundations of Free Market Societies"; un trabajo en el que se desarrolla la fundamentación ética de cada uno de los principios inherentes a un mercado libre, en el orden de la exposición:
+Economía de libre mercado
+Gobierno Limitado
+Cultura de Autonomía Personal
Sobre este último punto quiero destacar algunas contribuciones muy valiosas del artículo de Capaldi: el fin último de cualquier sistema político es la defensa de los derechos de sus miembros, pero, ¿por qué?
Porque se entiende que a través del ejercicio de sus derechos los individuos también ejercen su autonomía. No todos los derechos son consecuentes con el ejercicio de la autonomía individual, porque no todos los derechos son verdaderos derechos; para comprender esto les remito a la lectura de Isaiah Berlin, sobre libertades negativas y libertades positivas.
Si lo que buscamos de un sistema político es una garantía de autonomía frente a otros, ¿por qué defender dicha autonomía indirectamente a través del desarrollo de una serie de derechos otorgados graciosamente por el propio sistema político? ¿Por qué no hacer que el sistema político defienda directamente la autonomía personal?
Capaldi rescata a Hegel para explicar cómo garantizar directamente la autonomía personal implica el respeto a la autonomía de todos y a la vez el "garantismo" político; para ello, comparto con vosotros la siguiente cita del texto:
"What Hegel added was the claim that what autonomous individuals want and need is recognition of and respect for their autonomy. This can only come from other autonomous individuals. This insight not only explains the modern transformation of human relationships and institutions but it solves the major problem of modern political economy. That problem is to resolve the conundrum of the potential conflict between the interest of any one individual and all other individuals. Hegel's solution is brilliant. Our greatest ultimate and objective good is autonomy; in order to sustain my own I am obliged to promote yours; since autonomy is not a zero-sum entity, there is no conflict between mine and yours; finally, promoting your autonomy does not mean redistribution; it means equality of opportunity not equality of result; it means holding you accountable for your action not condescension; it means teaching you how to fish, not giving you a fish."
¿De dónde sacamos que la autonomía personal es el objetivo más importante de cualquier sistema político? La Política es el orden social de cualquier comunidad y se construye sobre normas que guían las relaciones entre los individuos que conforman dicha comunidad, si la política es buena, los derechos de los individuos se respetarán de forma continua y cualquier transgresión será rechazada por la comunidad como un todo, porque interesa a todos que no se repitan dichas transgresiones; esto implica, en el plano de la moral, que cualquier comunidad política garantista se basa en el reconocimiento del individuo como ente moral, capaz de tomar decisiones morales, por ende, si el sistema político no es otra cosa que la agregación de individuos morales, que toman continuamente decisiones morales, es objetivo primordial de dicho sistema garantizar la autonomía moral de cada uno de los individuos que forma parte de el mismo.
Os invito a incluir argumentos morales en sus defensas de la libertad, una Cultura de Autonomía Personal es esencial para el objetivo de tener una Sociedad Libre.
El argumento moral por lo general se ha utilizado contra el mercado, simplemente como una forma de descalificar, asumiendo quienes no quieren libertad que ellos son morales y los otros no, sin discutir en ningún momento si su postura es en verdad moral. Lo cierto es lo contrario, no hay espacio social más moral que el mercado, por la simple razón de que se construye sobre la agregación de actos voluntarios.
Sobre el fundamento ético del libre mercado les sugiero la lectura de un artículo de Nicholas Capaldi, aparecido en el Journal of Private Eterprise (Vol.XX, No.1), con el título de "The Ethical Foundations of Free Market Societies"; un trabajo en el que se desarrolla la fundamentación ética de cada uno de los principios inherentes a un mercado libre, en el orden de la exposición:
+Economía de libre mercado
+Gobierno Limitado
+Cultura de Autonomía Personal
Sobre este último punto quiero destacar algunas contribuciones muy valiosas del artículo de Capaldi: el fin último de cualquier sistema político es la defensa de los derechos de sus miembros, pero, ¿por qué?
Porque se entiende que a través del ejercicio de sus derechos los individuos también ejercen su autonomía. No todos los derechos son consecuentes con el ejercicio de la autonomía individual, porque no todos los derechos son verdaderos derechos; para comprender esto les remito a la lectura de Isaiah Berlin, sobre libertades negativas y libertades positivas.
Si lo que buscamos de un sistema político es una garantía de autonomía frente a otros, ¿por qué defender dicha autonomía indirectamente a través del desarrollo de una serie de derechos otorgados graciosamente por el propio sistema político? ¿Por qué no hacer que el sistema político defienda directamente la autonomía personal?
Capaldi rescata a Hegel para explicar cómo garantizar directamente la autonomía personal implica el respeto a la autonomía de todos y a la vez el "garantismo" político; para ello, comparto con vosotros la siguiente cita del texto:
"What Hegel added was the claim that what autonomous individuals want and need is recognition of and respect for their autonomy. This can only come from other autonomous individuals. This insight not only explains the modern transformation of human relationships and institutions but it solves the major problem of modern political economy. That problem is to resolve the conundrum of the potential conflict between the interest of any one individual and all other individuals. Hegel's solution is brilliant. Our greatest ultimate and objective good is autonomy; in order to sustain my own I am obliged to promote yours; since autonomy is not a zero-sum entity, there is no conflict between mine and yours; finally, promoting your autonomy does not mean redistribution; it means equality of opportunity not equality of result; it means holding you accountable for your action not condescension; it means teaching you how to fish, not giving you a fish."
¿De dónde sacamos que la autonomía personal es el objetivo más importante de cualquier sistema político? La Política es el orden social de cualquier comunidad y se construye sobre normas que guían las relaciones entre los individuos que conforman dicha comunidad, si la política es buena, los derechos de los individuos se respetarán de forma continua y cualquier transgresión será rechazada por la comunidad como un todo, porque interesa a todos que no se repitan dichas transgresiones; esto implica, en el plano de la moral, que cualquier comunidad política garantista se basa en el reconocimiento del individuo como ente moral, capaz de tomar decisiones morales, por ende, si el sistema político no es otra cosa que la agregación de individuos morales, que toman continuamente decisiones morales, es objetivo primordial de dicho sistema garantizar la autonomía moral de cada uno de los individuos que forma parte de el mismo.
Os invito a incluir argumentos morales en sus defensas de la libertad, una Cultura de Autonomía Personal es esencial para el objetivo de tener una Sociedad Libre.
Comments:
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Muy interesante post Moncho. A los políticos, sin embargo, no les interesa individuos más autónomos en una sociedad, porque en una sociedad libre con individuos autónomos, los políticos demagogos se quedan sin poder.
Bertrand De Jouvenel ha hecho un profundo análisis sobre cómo el poder ha ido aumentando precisamente mediante la erosión y socavación de la importancia de las instituciones que sirven de mediadoras entre el individuo y el Estado (la familia, la comunidad, las iglesias).
Lo que vemos hoy es un esfuerzo de los políticos por estimular cada vez más dependencia de las personas frente al Estado. Los llamados "derechos sociales", esas cosas como "derecho a un techo digno", que no son más que "derecho a exigir que los demás paguen mi cuenta", dan más poder al Estado y por tanto a los políticos, en la medida en que, por un lado, socavan la independencia de las personas en la sociedad, y por otro alimentan una moral de la envidia y lucha de clases que necesariamente generan más clamor para nuevas dádivas estatales (a costa del bolsillo ajeno).
El sistema moral de una sociedad es fundamental. Si el sistema moral es uno en que se respeta y premia la autonomía personal, el trabajo, el ahorro, la asunción de riesgos, y la responsabilidad personal, estamos frente a una sociedad en ascenso seguro. Por otro lado, si el sistema moral es uno que alimenta y premia la envidia, la dependencia el victimismo, definitivamente estamos frente a una sociedad decadente.
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Bertrand De Jouvenel ha hecho un profundo análisis sobre cómo el poder ha ido aumentando precisamente mediante la erosión y socavación de la importancia de las instituciones que sirven de mediadoras entre el individuo y el Estado (la familia, la comunidad, las iglesias).
Lo que vemos hoy es un esfuerzo de los políticos por estimular cada vez más dependencia de las personas frente al Estado. Los llamados "derechos sociales", esas cosas como "derecho a un techo digno", que no son más que "derecho a exigir que los demás paguen mi cuenta", dan más poder al Estado y por tanto a los políticos, en la medida en que, por un lado, socavan la independencia de las personas en la sociedad, y por otro alimentan una moral de la envidia y lucha de clases que necesariamente generan más clamor para nuevas dádivas estatales (a costa del bolsillo ajeno).
El sistema moral de una sociedad es fundamental. Si el sistema moral es uno en que se respeta y premia la autonomía personal, el trabajo, el ahorro, la asunción de riesgos, y la responsabilidad personal, estamos frente a una sociedad en ascenso seguro. Por otro lado, si el sistema moral es uno que alimenta y premia la envidia, la dependencia el victimismo, definitivamente estamos frente a una sociedad decadente.
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