October 29, 2008
Liberalismo del Siglo XXI
Los liberales no somos dados a describir utopías. Ni siquiera durante la Ilustración escritores preliberales propusieron sociedades nuevas; sí, creían en la idea cartesiana de que el ser humano podía valerse de la razón para gobernarse así mismo y al mundo, sin embargo, nunca propusieron rupturas definitivas con el viejo orden. El liberal siempre se ha contentado con proponer la inclusión de ciertos valores en la política, todos ellos referidos a la libertad individual y la tolerancia. La libertad y la tolerancia no requieren de utopías para ser realizadas, pues son instituciones que se generan espontáneamente en la sociedad civil; su desarrollo varía de sociedad en sociedad, pudiendo potenciarse o restringirse por el sistema político. Así que esos escritores preliberales de la Ilustración, por mucho que creyesen en la razón como instrumento de la creación humana, también reconocían que existía un orden espontáneo ajeno al ser humano, un orden natural con sus propias leyes.
La convivencia humana genera espontáneamente la política y sus valores, y conocer la importancia que ciertos valores implican para el desarrollo individual y social ha sido siempre el objetivo de la teoría política liberal. La política liberal como ejercicio es ante todo prudencia.
Los nuevos populismos han dado un giro preocupante en latinoamérica; cierto es que sus pretenciones eran bastantes claras desde el principio, pero se desestimaron al considarlas parte de un discurso populista revanchista, sin oportunidades ni voluntades para experimentar con el orden institucional. Esta primera lectura estuvo tristemente equivocada. Los populistas Chavez, Morales, Correa y Ortega, arengaban el fin de las institucionalidades previas de sus respectivos países porque de verdad colapsaban, y ellos se convirtieron en consecuencia y prueba definitiva de esos colapsos; ahora se sienten validados para hacer borrón y cuenta nueva, para construir de la nada, casi irreflexivamente, pero siempre con la idea clara de instrumentalizar el poder estatal. Ahora, tras varias reformas constitucionales, hablan de un nuevo socialismo latinoamericano, el socialismo del siglo XXI que será el norte socialista del resto del mundo; ¿es en verdad nuevo? Lo importante, y preocupante, es que el socialismo que proponen es real y pretende ser permanente. Ahora sabemos que los nuevos populistas son realmente nuevos socialistas, o neosocialistas.
¿Qué hacemos entonces los liberales? ¿Abandonamos la política-prudencia, nos radicalizamos y aceptamos la confrontación abierta de valores? ¿Empezamos a proponer utopías? Seguir cualquiera de estas vías representa abandonar el liberalismo. El gobierno de las instituciones -entiéndase de las leyes- sigue siendo nuestro norte, y en consecuencia debemos seguir siendo liberales, debemos defender la institucionalidad, la familia, el mercado, la libertad, la tolerancia, la propiedad, la igualdad ante la ley y tantas otras instituciones redundantes en potenciar la autonomía de las personas. No toda América Latina se ha rendido ante el Socialismo del Siglo XXI; aún los mismos países de los neosocialistas mantienen organizaciones políticas que defienden la libertad, no ha triunfado aún el totalitarismo. Los liberales ya no podemos seguir en el letargo político, tenemos que organizar nuestros esfuerzo, consolidar un discurso, un Liberalismo del Siglo XXI, el liberalismo de siempre, los valores de la sociedad civil, los valores de la libertad.
La convivencia humana genera espontáneamente la política y sus valores, y conocer la importancia que ciertos valores implican para el desarrollo individual y social ha sido siempre el objetivo de la teoría política liberal. La política liberal como ejercicio es ante todo prudencia.
Los nuevos populismos han dado un giro preocupante en latinoamérica; cierto es que sus pretenciones eran bastantes claras desde el principio, pero se desestimaron al considarlas parte de un discurso populista revanchista, sin oportunidades ni voluntades para experimentar con el orden institucional. Esta primera lectura estuvo tristemente equivocada. Los populistas Chavez, Morales, Correa y Ortega, arengaban el fin de las institucionalidades previas de sus respectivos países porque de verdad colapsaban, y ellos se convirtieron en consecuencia y prueba definitiva de esos colapsos; ahora se sienten validados para hacer borrón y cuenta nueva, para construir de la nada, casi irreflexivamente, pero siempre con la idea clara de instrumentalizar el poder estatal. Ahora, tras varias reformas constitucionales, hablan de un nuevo socialismo latinoamericano, el socialismo del siglo XXI que será el norte socialista del resto del mundo; ¿es en verdad nuevo? Lo importante, y preocupante, es que el socialismo que proponen es real y pretende ser permanente. Ahora sabemos que los nuevos populistas son realmente nuevos socialistas, o neosocialistas.
¿Qué hacemos entonces los liberales? ¿Abandonamos la política-prudencia, nos radicalizamos y aceptamos la confrontación abierta de valores? ¿Empezamos a proponer utopías? Seguir cualquiera de estas vías representa abandonar el liberalismo. El gobierno de las instituciones -entiéndase de las leyes- sigue siendo nuestro norte, y en consecuencia debemos seguir siendo liberales, debemos defender la institucionalidad, la familia, el mercado, la libertad, la tolerancia, la propiedad, la igualdad ante la ley y tantas otras instituciones redundantes en potenciar la autonomía de las personas. No toda América Latina se ha rendido ante el Socialismo del Siglo XXI; aún los mismos países de los neosocialistas mantienen organizaciones políticas que defienden la libertad, no ha triunfado aún el totalitarismo. Los liberales ya no podemos seguir en el letargo político, tenemos que organizar nuestros esfuerzo, consolidar un discurso, un Liberalismo del Siglo XXI, el liberalismo de siempre, los valores de la sociedad civil, los valores de la libertad.
Comments:
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Esa sensación por la utopía, por así decirlo, radica que ellos dicen representar 'el cambio', 'lo nuevo'; aunque ellos en realidad no hacen nada. El proclamarse 'progresista' a está altura es absurdo.
Por ejemplo, cuando frecuenté a los socialistas chilenos por un tiempo, para ellos Chávez era lo nuevo, simplemente porque no aplicaba políticas 'neoliberales'. Además, ellos no tienen idea de lo que hablan sobre 'neoliberalismo'.
Simplemente, les aburre el presente.
Por ejemplo, cuando frecuenté a los socialistas chilenos por un tiempo, para ellos Chávez era lo nuevo, simplemente porque no aplicaba políticas 'neoliberales'. Además, ellos no tienen idea de lo que hablan sobre 'neoliberalismo'.
Simplemente, les aburre el presente.
Muy de acuerdo con usted señor moncho. Ya va siendo la hora de montar todo un movimiento hacia el liberalismo.
Y sin embargo, creo que hay que impulsar un estilo particular en esa lucha.
Últimamente me canso mucho de leer a los liberales arengando con amargura y casi odio hacia las políticas socialistas, y creo que ese puede ser nuestro talón de aquíles. Si queremos convencer no solo hay que decir la verdad, sino también hay que decirla de forma amigable, positiva, mostrando a los que no conocen el liberalismo que existe otro camino, en vez de centrar nuestro discurso en lo que hacen los socialistas.
También hay que llegar a un consenso en cuanto a nuestros principios básicos. Por ejemplo, hay liberales que insisten en la intromisión del estado en la creación de obra pública mientras que otros pensamos lo contrario. Así con los temas del aborto, drogas, etc. Bueno, habrá que sintonizar esos puntos comunes.
Saludos.
Y sin embargo, creo que hay que impulsar un estilo particular en esa lucha.
Últimamente me canso mucho de leer a los liberales arengando con amargura y casi odio hacia las políticas socialistas, y creo que ese puede ser nuestro talón de aquíles. Si queremos convencer no solo hay que decir la verdad, sino también hay que decirla de forma amigable, positiva, mostrando a los que no conocen el liberalismo que existe otro camino, en vez de centrar nuestro discurso en lo que hacen los socialistas.
También hay que llegar a un consenso en cuanto a nuestros principios básicos. Por ejemplo, hay liberales que insisten en la intromisión del estado en la creación de obra pública mientras que otros pensamos lo contrario. Así con los temas del aborto, drogas, etc. Bueno, habrá que sintonizar esos puntos comunes.
Saludos.
Yo creo que hay que hacer las dos cosas:Presentar las ventajas del verdadero liberalismo y a la vez combatir las ideas equivocadas o los slogans que lanzan los estatistas.La proporción en que se usen ambas dependerá de las circunstancias concretas del momento.Concuerdo con Rigo en que hay que hacer las cosas sin acritud y con sentido del humor.
En cuanto a las diferencias de los liberales en ciertos puntos,creo que van a seguir así.Eso me preocupa poco.Aunque se formase un Consejo Liberal Mundial,yo no cambiaría mis convicciones a menos que me convenciesen las razones.
En cuanto a las diferencias de los liberales en ciertos puntos,creo que van a seguir así.Eso me preocupa poco.Aunque se formase un Consejo Liberal Mundial,yo no cambiaría mis convicciones a menos que me convenciesen las razones.
Francisco. Yo creo que el socialista es socialista porque ingnora toda base económica. No sabe nada de economía. Y lamentablemente el socialismo es básicamente la pretensión del cálculo económico; y que los liberales sabemos que es imposible.
De hecho, porque no saben que es imposible es que apoyan a quién dice que lo puede hacer. Si supieran que ese cálculo es imposible no caerían en el engaño de esperar que alguien tome mejores decisiones que ellos mismos.
Entonces si tienen que hacer cálculo económico pero no saben hacerlo -además que como dije es imposible- entonces los resultados no serán los mejores, por no decir que serán los peores.
Lo que me lleva a pensar que antes de escribir y describir con verbo amargo de las fallidas recetas socialistas, lo primero que tenemos que hacer los liberales es explicar, de forma tan simple que lo pueda entender un niño de 5 años, las bases de la economía.
Explicar qué es el mercado, cómo funciona, cual es su misión; explicar qué es el dinero (es increíble, pero si uno pregunta a un socialista qué es el dinero, él no sabe... no sabe...), cómo funciona; qué es la banca, la bolsa de valores, qué son los intereses, qué es el crédito, etc. La gente común no sabe de esas cosas.
No saben por ejemplo, que el crédito es la credibilidad, la solvencia que hace que unos confíen su dinero a otros; y que cuando no hay solvencia se pierde credibilidad y por eso es que se traba la cadena de préstamos sumiéndonos en una crisis.
Otra. No saben que lo que financia la producción es el ahorro, y que cuando el ahorro es negativo o sea, cuando se gasta más de lo que se gana, inevitablemente en algún momento, la producción se contrae dejando en la calle a mucho empleados. Y que si el ahorro es negativo pero hay un crecimiento en el crédito, es porque están inflando la moneda, lo que le resta poder de compra y le cercena una buena parte de sus ahorros de toda la vida.
Entonces lo primero que hay que hacer es explicar qué son todas esas cosas, como influyen en su vida. Y poniéndole sal y azúcar, para darle un sabor agradable.
Yo he fallado en eso terriblemente. Gran parte de mi blog, tomándolo desde el inicio, lo dediqué a hacer comentarios amargos. Y para terminarla de hacer, pocas veces escribo explicaciones a estas cuestiones.
Creo que ese es el rumbo que tomaré cuando escriba de cuestiones económicas.
Saludos.
De hecho, porque no saben que es imposible es que apoyan a quién dice que lo puede hacer. Si supieran que ese cálculo es imposible no caerían en el engaño de esperar que alguien tome mejores decisiones que ellos mismos.
Entonces si tienen que hacer cálculo económico pero no saben hacerlo -además que como dije es imposible- entonces los resultados no serán los mejores, por no decir que serán los peores.
Lo que me lleva a pensar que antes de escribir y describir con verbo amargo de las fallidas recetas socialistas, lo primero que tenemos que hacer los liberales es explicar, de forma tan simple que lo pueda entender un niño de 5 años, las bases de la economía.
Explicar qué es el mercado, cómo funciona, cual es su misión; explicar qué es el dinero (es increíble, pero si uno pregunta a un socialista qué es el dinero, él no sabe... no sabe...), cómo funciona; qué es la banca, la bolsa de valores, qué son los intereses, qué es el crédito, etc. La gente común no sabe de esas cosas.
No saben por ejemplo, que el crédito es la credibilidad, la solvencia que hace que unos confíen su dinero a otros; y que cuando no hay solvencia se pierde credibilidad y por eso es que se traba la cadena de préstamos sumiéndonos en una crisis.
Otra. No saben que lo que financia la producción es el ahorro, y que cuando el ahorro es negativo o sea, cuando se gasta más de lo que se gana, inevitablemente en algún momento, la producción se contrae dejando en la calle a mucho empleados. Y que si el ahorro es negativo pero hay un crecimiento en el crédito, es porque están inflando la moneda, lo que le resta poder de compra y le cercena una buena parte de sus ahorros de toda la vida.
Entonces lo primero que hay que hacer es explicar qué son todas esas cosas, como influyen en su vida. Y poniéndole sal y azúcar, para darle un sabor agradable.
Yo he fallado en eso terriblemente. Gran parte de mi blog, tomándolo desde el inicio, lo dediqué a hacer comentarios amargos. Y para terminarla de hacer, pocas veces escribo explicaciones a estas cuestiones.
Creo que ese es el rumbo que tomaré cuando escriba de cuestiones económicas.
Saludos.
Rigo:Coincido contigo en que hay que explicar con todo detalle los elementos del liberalismo y que esto es prioritario.
En cuanto a los estatistas,que es un grupo más amplio que el de los socialistas,veo tres tipos:
1)Los que no saben
2)Los que saben,o sea,los que tienen una buena formación y han llegado a esa posición sabiendo perfectamente lo que hacen
3)Los que están allí porque saben que pueden sacar más beneficios del estatismo que del liberalismo
Creo que los del primer tipo pueden ser receptivos a los argumentos liberales,pero los otros no.
Sigo creyendo que a veces hay que polemizar con los del tipo 2 ya que ellos atribuyen constantemente al liberalismo responsabilidades que no tiene.
Me parece bien que sigas el camino que consideras el mejor.Es obvio que tienes un talento especial para explicar las cosas con claridad y sencillez.Vuelvo a sugerirte que trates de publicar artículos en algún periódico porque así se llega a más gente.En la Fundación Libertad de Panamá publicamos todos los lunes.Unos nos critican y otros están de acuerdo,pero lo cierto es que logramos la meta de llegar a la gente.Saludos.
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En cuanto a los estatistas,que es un grupo más amplio que el de los socialistas,veo tres tipos:
1)Los que no saben
2)Los que saben,o sea,los que tienen una buena formación y han llegado a esa posición sabiendo perfectamente lo que hacen
3)Los que están allí porque saben que pueden sacar más beneficios del estatismo que del liberalismo
Creo que los del primer tipo pueden ser receptivos a los argumentos liberales,pero los otros no.
Sigo creyendo que a veces hay que polemizar con los del tipo 2 ya que ellos atribuyen constantemente al liberalismo responsabilidades que no tiene.
Me parece bien que sigas el camino que consideras el mejor.Es obvio que tienes un talento especial para explicar las cosas con claridad y sencillez.Vuelvo a sugerirte que trates de publicar artículos en algún periódico porque así se llega a más gente.En la Fundación Libertad de Panamá publicamos todos los lunes.Unos nos critican y otros están de acuerdo,pero lo cierto es que logramos la meta de llegar a la gente.Saludos.
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