November 23, 2008
Dejar de culpar a otros
Enfatizar sobre el carácter constituye un reto para las nociones de victimismo y los supuestos de la sociedad moderna. La pregunta que debemos hacernos es : ¿estamos premiando la aceptación o el rechazo de la responsabilidad personal?
En los últimos años ( Nota: el libro es de 1992) el péndulo se está moviendo hacia la responsabilidad. En muchas ciudades, las minorías tienen libertad para elegir las escuelas de sus hijos. En la justicia criminal, se está pasando de la rehabilitación terapéutica hacia el castigo. También son populares los programas que condicionan los pagos del “welfare” a una conducta responsable.
Uno de los esfuerzos más notables de reforma incluye a una compañía privada denominada “America Works”, que ofrece entrenamiento y colocación a personas que están en el “welfare”.
En parte como resultado de la expansión del sida, la noción de responsabilidad sexual es presentada como antídoto contra la enfermedad y la ilegitimidad. En el problema de las personas sin vivienda (homeless), muchas ciudades están repensando su enfoque porque no está produciendo resultados.
Es importante revisar la legislación para limitar la definición de lo que constituye o no victimización. También hay que limitar la tendencia a demandar injustificadamente haciendo que el demandante corra con los gastos.
El carácter se forma a través del ejemplo. Los estudiantes que toman cursos de ética discuten sobre aborto, eutanasia, pena de muerte, investigación sobre DNA y ética de los transplantes, pero no aprenden nada sobre decencia, honestidad, responsabilidad personal y honor.
Una conferencia reciente sobre la pobreza urbana puso de manifiesto la parálisis a la que lleva el victimismo. Los empresarios culparon a las escuelas por la calidad de sus empleados; las escuelas culparon a los padres; los padres culparon a las escuelas; ambos culparon al racismo institucionalizado; los trabajadores sociales culparon a los empresarios y la cultura de la pobreza; los clérigos culparon a MTV.
Sólo estuvieron de acuerdo en una cosa: ninguno podía hacer nada a menos que primero los otros resolvieran sus problemas.
Una moratoria en la costumbre de culpar a otros no niega los problemas. Sugiere que lograremos más enfocando nuestra propia responsabilidad que utilizando las nociones de opresión y victimización.
( Charles J. Sykes, A nation of victims, Pag. 241-255 )