November 30, 2008

 

Milton Friedman y Keynes


Keynes dominó entre los economistas en las décadas de 1950 y 1960. Luego la era de Keynes dió paso a la de Friedman. Vivir en una era implica aceptar ciertos supuestos, racionalizaciones y creencias. Ser capaz de mirar más allá es un signo de grandeza.

Cuando Friedman lanzó muchas de sus ideas, incluyendo las que atacaban el consenso keynesiano, estaba en absoluta minoría. A Friedman le encantaba el debate. Sabía que las nuevas ideas suelen ser criticadas y que muchos se preocupan más por su lugar en la jerarquía de la opinión que por la verdad.

Keynes pensaba que la política monetaria no tenía mucha importancia ni en la macroeconomía ni en la determinación de los cambios en los precios agregados, al menos a corto plazo. Friedman asignó a la política monetaria una importancia al menos igual a la de la política fiscal.

Keynes pensaba que las economías de los países avanzados en las décadas de 1920 y 1930 estaban exhaustas porque las fuerzas que las habían impulsado en el siglo XIX habían desaparecido. Por eso favoreció la intervención del gobierno en la economía. Algunas ideas esenciales de su nuevo sistema eran la bifurcación entre los cambios en la oferta de dinero y los cambios en los precios, el énfasis en las circunstancias inmediatas al establecer políticas, y el rol predominante de la política fiscal en comparación con la monetaria.

La batalla de Friedman contra Keynes y el keynesianismo consistió en una detallada exposición de los temas teóricos y hechos concretos que vician el análisis de keynes.

Friedman enfatiza que para Keynes, en la ecuación monetaria fundamental MV=PT, la velocidad (V) es muy adaptable. Si aumenta la masa monetaria (M), bajará la velocidad y no sucederá nada en la parte derecha de la ecuación, ni a los precios (P) ni a las transacciones (T). Si la parte derecha de la ecuación aumenta sin aumentar M, entonces V también aumentaría. En resumen, la cantidad de dinero es muy poco importante.

Friedman creía que las economías nacionales eran más estables de lo que creía Keynes; que la inversión no tenía el efecto multiplicador que Keynes le atribuía; que las altas y bajas en la actividad económica no tenían el efecto sobre el consumo que creía Keynes; que el mercado era mucho más efectivo que el gobierno en la producción de riqueza.

Friedman no aceptó la doctrina de la competencia monopolística; tampoco que hubiera una base económica para la intervención del gobierno; y defendió que la política monetaria jugaba un rol importante en la determinación de los precios y la actividad económica, muy superior a la política fiscal.

Friedman creía que los errores de Keynes eran empíricos más que teóricos. La “General Theory” ofrecía una hipótesis acerca de cómo funcionaba la economía. La hipótesis era imaginativa pero equivocada. Sus predicciones no eran confirmadas por la realidad.

( Lanny Ebenstein, Milton Friedman, Pag. 105-112 )

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