November 27, 2008
Universidad y policía del pensamiento
Entre las cosas prohibidas en las universidades norteamericanas están los comentarios que causen “pérdida de autoestima o un vago sentido de peligro” (Golby College), “produzcan intencionalmente incomodidad psicológica” (North Dakota University), “insensibilidad a las experiencias femeninas” (University of Minnesota), “sentimientos hacia los homosexuales que se transforman en actitudes” (West Virginia University), “chistes inconsiderados “ (University of Connecticut), “contar historias que otros experimenten como acoso” (Bowdoin).
Un programa conjunto de las universidades de Massachussets y Land Grant propone acabar con “la parcialidad de género y la discriminación contra las mujeres en el currículum de cada universidad.” Según esto, cada profesor debe ser responsable de que su estilo de enseñanza sea “amigable para con las mujeres”. Esto parece indicar que las mujeres aprenden en forma diferente a los hombres, y por tanto, el material de enseñanza debe ser “feminizado”. Algunas feministas afirman que las mujeres no responden bien a la enseñanza basada en la argumentación y el debate.
Uno de los métodos que utilizó el establishment izquierdista universitario para mantener la censura dando la apariencia de apoyar la libertad de palabra fueron las “free-speech zones”. La primera se dió en Tufts University en 1989. Los estudiantes se lo tomaron en serio, utilizaron su libertad, y la zona fue eliminada pocos días después.
Sin embargo, la policía del pensamiento ha retomado la idea, aunque con restricciones. Por ejemplo, algunas universidades exigen presentar previamente lo que se va a decir. En otras se puede distribuir volantes, pero sólo dentro de la zona asignada.
Lo bueno es que hay estudiantes que están rechazando esta parodia de “libertad” y se están saltando las reglas. Sin embargo, la mayoría son vulnerables a los mensajes de la policía del pensamiento. Día tras día, a través de los códigos de lenguaje, censura, y prohibiciones, los estudiantes reciben indoctrinación de que la libertad de palabra es mala y que debe ser restringida por su propio bien. Así están preparados para aceptar el totalitarismo cuando ingresen al mundo real. Como dijo Stalin: “Las ideas son más poderosas que las armas. No dejamos que nuestros enemigos tengan armas; ¿por qué deberíamos dejarles que tengan ideas?”
( Tammy Bruce, The new thought police, Pag. 207-237 )