December 30, 2008
La doctrina de la proporcionalidad en el contexto de la guerra justa
La doctrina de la proporcionalidad hace referencia a los medios usados para repeler una agresión o para evitar una amenaza de agresión inminente. Para decirlo en términos toscos: si tengo un problema de cucarachas en casa, no voy a dinamitar la casa para acabar con las cucarachas.
Debe quedar claro, eso sí, que la proporcionalidad no se refiere a equilibrio entre la amenaza y la respuesta. Es decir, si va usted por la calle y un tipo de dos metros de alto le saca un puñal e intenta cortarle el cuello pero falla en el primer intento, la respuesta apropiada de usted no es intentar-y-fallar lo mismo. La respuesta apropiada es repeler el ataque de la manera más rápida posible, con el menor daño para usted. Claramente el equilibrio no es el objetivo, sino ganar el enfrentamiento cuanto antes.
Pues bien: los bienpensantes como Miguel Ángel Moratinos parecen creer que usted sólo está justificado en intentar-y-fallar, tal cual lo hizo el agresor. Sólo si el agresor llegó a infligirle a usted una herida, digamos una cortadura superficial en el antebrazo, entonces estará usted justificado en provocarle a él una herida similar, pero no más de eso. Usted no estará justificado en dar finalización a la agresión del maleante disparándole en el pecho, o dándole un puñetazo a la nariz que le parta el tabique y lo tire al suelo. No, nada de eso. Cualquiera de esas reacciones sería calificada como "desproporcionada".
Pero sucede que usted tiene derecho a su integridad física. Usted no tiene por qué enfrascarse en un escalamiento que eventualmente lo llevará a quedar muy herido y probablemente a la muerte. Usted está plenamente justificado en detener la agresión inmediatamente, y si ello requiere que usted desenfunde su pistola y propine varios disparos al pecho del agresor hasta que éste caiga y detenga por tanto el ataque hacia su persona, pues así tiene todo el derecho a hacerlo. Evidentemente el agresor resultará seriamente herido y posiblemente hasta muerto, en tanto que usted resultará prácticamente ileso. ¿Es eso injusto y desproporcionado? En lo absoluto. El agresor ha resultado más dañado que usted, pero es que usted no pretendía dañarlo a él en primer lugar. Ha sido él quien se provocó su propio daño cuando inició una agresión injustificada contra usted.
Estos ejemplos demuestran el absurdo de pretender que la proporcionalidad exija equilibrio entre la agresión y la reacción de quien se defiende de ella. En el caso de los ataques de HAMAS dirigidos a la población civil de Israel, ¿cómo se supone que actúe el gobierno israelí? ¿Se supone acaso que Israel deba responder con similares ataques con cohetes dirigidos a la Franja de Gaza y así continuar el escalamiento indefinidamente? Sólo en las mentes más peligrosamente ingenuas, o conscientemente parcializadas, cabe semejante idea.
Recapitulando: la doctrina de la proporcionalidad se refiere a que debe haber una correspondencia entre el objetivo y los medios usados para lograr ese objetivo. En el contexto de la guerra justa, el objetivo debe ser repeler una agresión. En el caso que nos ocupa, Israel está repeliendo una agresión evidente e indiscutida, de parte de HAMAS, hacia la población civil de Israel. La doctrina de la proporcionalidad no consiste en la tontísima idea (implícita en las reclamaciones de todos los que protestan contra la supuesta desproporcionalidad de la reacción militar israelí frente a los ataques terroristas de HAMAS), de que la víctima de una agresión sólo pueda defenderse de dicha agresión con exactamente los mismos medios e infligiendo no más que el mismo daño al agresor, que el que éste le causó primero.
Debe quedar claro, eso sí, que la proporcionalidad no se refiere a equilibrio entre la amenaza y la respuesta. Es decir, si va usted por la calle y un tipo de dos metros de alto le saca un puñal e intenta cortarle el cuello pero falla en el primer intento, la respuesta apropiada de usted no es intentar-y-fallar lo mismo. La respuesta apropiada es repeler el ataque de la manera más rápida posible, con el menor daño para usted. Claramente el equilibrio no es el objetivo, sino ganar el enfrentamiento cuanto antes.
Pues bien: los bienpensantes como Miguel Ángel Moratinos parecen creer que usted sólo está justificado en intentar-y-fallar, tal cual lo hizo el agresor. Sólo si el agresor llegó a infligirle a usted una herida, digamos una cortadura superficial en el antebrazo, entonces estará usted justificado en provocarle a él una herida similar, pero no más de eso. Usted no estará justificado en dar finalización a la agresión del maleante disparándole en el pecho, o dándole un puñetazo a la nariz que le parta el tabique y lo tire al suelo. No, nada de eso. Cualquiera de esas reacciones sería calificada como "desproporcionada".
Pero sucede que usted tiene derecho a su integridad física. Usted no tiene por qué enfrascarse en un escalamiento que eventualmente lo llevará a quedar muy herido y probablemente a la muerte. Usted está plenamente justificado en detener la agresión inmediatamente, y si ello requiere que usted desenfunde su pistola y propine varios disparos al pecho del agresor hasta que éste caiga y detenga por tanto el ataque hacia su persona, pues así tiene todo el derecho a hacerlo. Evidentemente el agresor resultará seriamente herido y posiblemente hasta muerto, en tanto que usted resultará prácticamente ileso. ¿Es eso injusto y desproporcionado? En lo absoluto. El agresor ha resultado más dañado que usted, pero es que usted no pretendía dañarlo a él en primer lugar. Ha sido él quien se provocó su propio daño cuando inició una agresión injustificada contra usted.
Estos ejemplos demuestran el absurdo de pretender que la proporcionalidad exija equilibrio entre la agresión y la reacción de quien se defiende de ella. En el caso de los ataques de HAMAS dirigidos a la población civil de Israel, ¿cómo se supone que actúe el gobierno israelí? ¿Se supone acaso que Israel deba responder con similares ataques con cohetes dirigidos a la Franja de Gaza y así continuar el escalamiento indefinidamente? Sólo en las mentes más peligrosamente ingenuas, o conscientemente parcializadas, cabe semejante idea.
Recapitulando: la doctrina de la proporcionalidad se refiere a que debe haber una correspondencia entre el objetivo y los medios usados para lograr ese objetivo. En el contexto de la guerra justa, el objetivo debe ser repeler una agresión. En el caso que nos ocupa, Israel está repeliendo una agresión evidente e indiscutida, de parte de HAMAS, hacia la población civil de Israel. La doctrina de la proporcionalidad no consiste en la tontísima idea (implícita en las reclamaciones de todos los que protestan contra la supuesta desproporcionalidad de la reacción militar israelí frente a los ataques terroristas de HAMAS), de que la víctima de una agresión sólo pueda defenderse de dicha agresión con exactamente los mismos medios e infligiendo no más que el mismo daño al agresor, que el que éste le causó primero.
Comments:
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El error del gobierno de Israel ha sido esperar tanto.Desde 2005,han recibido 15 mil cohetes,con unos 20 muertos y 800 heridos.Yo creo que Israel debe contestar todas y cada una de las acciones.Esta fue la política durante las primeras décadas de su existencia.El que la hace,debe saber que la va a pagar el mismo día o el siguiente.Ya veríamos si los gallitos de Hamas serían tan valientes.
Totalmente de acuerdo Francisco. Cada concesión que hace Israel, cada vez que despuebla tierras y las entrega a Palestina, los terroristas palestinos le muestran su agradecimiento con más y más atentados hacia la población civil de Israel. A pesar de todas las concesiones de Israel, la posición de HAMAS sigue siendo el no reconocimiento del derecho de Israel a existir como Estado.
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