December 28, 2008

 

Las sorprendentes lecturas de Ronald Reagan


Después de su muerte, leí en alguna parte que el expresidente cultivó deliberadamente una imagen de persona poco interesada en los libros y en las ideas, cuando la realidad era la contraria.

La primera confirmación la encontré en la autobiografía de Thomas Sowell. Ahora, leyendo una biografía de Milton Friedman, encuentro que Martin Anderson, uno de los principales asesores del expresidente, dice que Reagan leía algunos de los gigantes de la economía de libre mercado, incluyendo a Mises, Hayek y Friedman.

En 1981, siendo presidente, Reagan habló en la Conservative Political Action Conference, e identificó a los seis líderes intelectuales que más le habían influido : Russell Kirk, Henry Hazlitt, James Burnham, Friedrich Hayek, Ludwig von Mises y Milton Friedman.

A Reagan le encantaba charlar con Milton Friedman. No podía resistirse a su entusiasmo contagioso y sus ojos brillaban cada vez que discutía cualquier asunto con él.

Friedman escribe en sus memorias que “no conoció a ningún presidente que se acercase a Reagan en su adhesión a los principios claramente definidos dedicados a promover y mantener una sociedad libre.”

Comments:
Por un lado, Reagan sabía que su gran fortaleza era la de saber transmitir ideas complejas en lenguaje sencillo, y con firmeza de convicción. A la gente le gustaba eso de Reagan, un tipo de firmes convicciones morales e ideológicas. Los intelectuales de izquierda siempre criticaron a Reagan como un "simplista", precisamente por la claridad y firmeza de sus convicciones. Para esos intelectuales, en la época del relativismo moral, el tener cualquier convicción firme de la absoluta verdad de la propia posición, es inconcebible. Así, veían como una debilidad precisamente la cualidad que hacía de Reagan el político más popular del momento. Reagan, muy sagaz, entendió esto y creo que eso influyó en que quisiese mostrar una imagen que lo distinguiera de esa clase "intelectual" de la que la gente en EUA estaba tan cansada.

Por otro lado, también es uno de los consejos de Sun Tzu en cuestiones de estrategia: cuando seas fuerte, aparenta ser débil. La izquierda siempre se creyó su propio cuento de que Reagan era un simplón torpe, y eso los llevó a subestimarlo una y otra vez.
 
JR:Muy buenas tus observaciones.En aquellos tiempos yo estuve varias veces de vacaciones en España.Recuerdo que en la mesa principal de las librerías siempre había tres o cuatro libros que recogían cualquier equivocación de Reagan.Por ejemplo,confundía una ciudad con otra,o un país con otro,o un escritor con otro.Los libros se vendían como pan caliente.Los periódicos insistían en que su bagaje intelectual era muy inferior al de los presidentes europeos.Total,que al final Reagan supo qué hacer para lograr la caída de la URSS y los europeos no.
 
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