February 17, 2009

 

Dilemas del salvataje

Con la intervención del gobierno federal norteamericano en la crisis económica y financiera, una polémica que se está presentando últimamente es la de hasta qué punto se puede o debe o es prudente limitar (o dejar a la libre) las remuneraciones y bonificaciones de los CEOs de las empresas a las que el gobierno ha dado fondos del salvataje para reestructurar sus finanzas.

Por un lado, aducen quienes proponen limitar tales remuneraciones, que es inmoral usar fondos públicos para pagar altas remuneraciones a CEOs de empresas que, después de todo, han fallado y precisamente por ello han requerido el salvataje del gobierno.

Por otro lado, argumentan los defensores de no imponer límites, que a fin de cuentas lo que se necesita en estos momentos de crisis es a las personas más capaces y experimentadas en dirigir a megacorporaciones. Es evidente que las personas con ese perfil no estarán dispuestas a cobrar sólo medio millón de dólares anuales como salario. Si se limita así su remuneración, aducen, entonces no se podrá mantener allí a las personas idóneas para la tarea del momento.

¿Quién tiene la razón? Bueno, ambos. El problema surge porque, una vez que has abierto la puerta para el robo, ¿cómo le pones límites? La sola intervención gubernamental para evitar las quiebras en el mercado, es ya un robo del dinero de los contribuyentes para dárselo a los accionistas de la empresa destinataria del salvataje. Y una vez que se ha permitido y endosado el robo, el luego venir y pretender ponerle límites es contradictorio. Si el robo es inmoral es inmoral y punto.

He allí el problema con las políticas tipo 'camino del medio'. Como advertían Mises y Hayek, lo que inicia siendo 'camino del medio' termina iéndose cada vez más hacia un mayor control e intervencionismo. Es así que el socialismo va llegando 'de a poquito'.

Comments:
Los límites me parecen equivocados por tres razones:
1)Si un CEO es incompetente,lo adecuado es despedirlo,no limitar su pago.
2)Es contradictorio poner en manos de CEOs incompetentes billones y billones adicionales.
3)El pago debe responder a los resultados que vaya logrando el CEO en cuestión,y eso nadie lo sabe por anticipado.
 
Lo cierto es que en una empresa realmente privada, el gobierno no tiene nada que hacer diciendo cuánto y cómo se paga a los CEOs. El problema surge porque el gobierno empieza a meterse donde no le corresponde. Allí surgen entonces todos los clásicos problemas de los bienes públicos. Lo que digo es que una vez que abrimos la puerta para estas intromisiones estatales en las empresas, se viene encima la interminable y absurda lista de nuevas regulaciones, limitaciones, mandatos y demás intervenciones del Estado en los asuntos de las personas.
 
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