February 04, 2009
Expropiación solapada
La aplicación de un impuesto a las ganancias de capital es una de las cosas más negativas para una economía, y afecta desproporcionadamente a la clase media. Es a la vez una doble tributación del ingreso, y una expropiación de la riqueza de los ciudadanos. Aquí explico por qué, y abogo por su eliminación total.
Doble tributación
Para comprar una casa, usted primero tiene que ganar el dinero para adquirirla. Ese ingreso es gravado con el Impuesto Sobre la Renta (ISR). De lo que le queda, usted compra la casa. Al vender usted su casa, presumiblemente años después, usted tiene que pagar impuesto sobre la renta por la diferencia entre el precio de venta y el precio de adquisición. Así, si usted pagó B/ 100,000.00 al comprarla, y la vendió luego por B/ 160,000.00, usted tiene que pagar impuesto sobre la diferencia, es decir, sobre B/ 60,000.00. Así, termina usted pagando dos veces el ISR, pues el ingreso con el que usted compró la casa ya había sido gravado, y ahora le gravan a usted cuando vende la casa. La ganancia de capital no es un ingreso corriente, recuerde usted.
Expropiación
Cuando usted compra y vende mercancías, digamos computadoras, usted como comerciante paga ISR sobre la ganancia neta de sus operaciones. Como se trata de una actividad a la que usted se dedica como comerciante, ello constituye un ingreso corriente. Aquí es lógico aplicar entonces el ISR a dicha ganancia neta. Pero cuando hablamos de la ganancia de capital en la venta de un activo que constituye, como el mismo nombre lo dice, parte de su capital, el tener que pagar impuesto, cualquiera que sea, por el producto de la venta de dicho bien, necesariamente equivale a una expropiación de su propiedad. El Estado erosiona su capital con este impuesto.
El fenómeno de la inflación juega un papel crucial aquí. La inflación hace que el poder adquisitivo del dinero se erosione en el tiempo. Ello tiene como una de sus consecuencias, que las cosas se encarecen con el transcurso del tiempo, en su precio expresado en dólares. Ilustraré este punto con un ejemplo. Si usted compró su residencia en 1970 a $50,000.00, y la vende en 2008 a $200,000.00, usted pensará quizás que se ha ganado $150,000.00 en la operación. En términos nominales, así es. Pero en términos reales, no se emocione tanto, porque no es tan alta la ganancia real que usted ha logrado.
Considere que en 1970 $100 compraban 31.44 barriles de petróleo, y hoy en 2008 no compran ni uno siquiera. Lo mismo con todo lo demás. El hecho que el valor de mercado de su casa expresado en dólares haya aumentado en el mismo período, no quiere decir que su casa sea más valiosa, sino al menos en gran parte, que los dólares se han depreciado. Lo que usted consideraba como un aumento de riqueza, no es más que inflación. De hecho, es muy probable que el aumento en términos nominales en el valor de su casa, ni siquiera compensen la pérdida de poder adquisitivo del dólar. Contemple usted el caso que, en el mismo período de nuestro ejemplo, la inflación oficial del dólar ha sido de 480%. Eso quiere decir que su casa habría tenido que multiplicarse en precio por 5.8 en esos 38 años, simplemente para que mantuviese su valor real. En nuestro ejemplo, esa casa que compró en 1970 por $50,000.00, tendría que haberla vendido usted este año por $290,000.00. Quiere decir que si usted vendió a $200,000.00, ¡usted perdió!
Sin embargo, como usted vendió en $200,000.00 y el impuesto sobre las ganancias de capital no toma en cuenta la inflación, usted tendrá que pagar 10% sobre la diferencia nominal entre el precio de venta y el precio de adquisición. Usted pagará al fisco $15,000.00, ¡por una pérdida!
¿Dije doble tributación? Más bien triple
Hasta ahora no hemos considerado que sobre esa propiedad, usted ha tenido que pagar anualmente otro impuesto, el de inmueble. Así que usted paga primero ISR sobre su ingreso neto. Luego, paga impuesto de inmueble sobre su activo, por todo el tiempo que lo mantenga, y tercero, paga usted ISR sobre la supuesta ganancia de capital, que como ya vimos, probablemente no es tal ganancia en términos reales. ¡Así que usted es gravado tres veces por la misma cosa!
Conclusión
Para la enorme mayoría de las personas de clase media, su principal activo es su residencia. Los ricos también tienen casa, pero el más alto valor de sus residencias y su mayor afluencia en términos generales, hace que tengan a su haber opciones de minimización de impuestos, que para los de clase media no hacen sentido económico. La aplicación del ISR a las llamadas ganancias de capital, por tanto, debe derogarse.
Doble tributación
Para comprar una casa, usted primero tiene que ganar el dinero para adquirirla. Ese ingreso es gravado con el Impuesto Sobre la Renta (ISR). De lo que le queda, usted compra la casa. Al vender usted su casa, presumiblemente años después, usted tiene que pagar impuesto sobre la renta por la diferencia entre el precio de venta y el precio de adquisición. Así, si usted pagó B/ 100,000.00 al comprarla, y la vendió luego por B/ 160,000.00, usted tiene que pagar impuesto sobre la diferencia, es decir, sobre B/ 60,000.00. Así, termina usted pagando dos veces el ISR, pues el ingreso con el que usted compró la casa ya había sido gravado, y ahora le gravan a usted cuando vende la casa. La ganancia de capital no es un ingreso corriente, recuerde usted.
Expropiación
Cuando usted compra y vende mercancías, digamos computadoras, usted como comerciante paga ISR sobre la ganancia neta de sus operaciones. Como se trata de una actividad a la que usted se dedica como comerciante, ello constituye un ingreso corriente. Aquí es lógico aplicar entonces el ISR a dicha ganancia neta. Pero cuando hablamos de la ganancia de capital en la venta de un activo que constituye, como el mismo nombre lo dice, parte de su capital, el tener que pagar impuesto, cualquiera que sea, por el producto de la venta de dicho bien, necesariamente equivale a una expropiación de su propiedad. El Estado erosiona su capital con este impuesto.
El fenómeno de la inflación juega un papel crucial aquí. La inflación hace que el poder adquisitivo del dinero se erosione en el tiempo. Ello tiene como una de sus consecuencias, que las cosas se encarecen con el transcurso del tiempo, en su precio expresado en dólares. Ilustraré este punto con un ejemplo. Si usted compró su residencia en 1970 a $50,000.00, y la vende en 2008 a $200,000.00, usted pensará quizás que se ha ganado $150,000.00 en la operación. En términos nominales, así es. Pero en términos reales, no se emocione tanto, porque no es tan alta la ganancia real que usted ha logrado.
Considere que en 1970 $100 compraban 31.44 barriles de petróleo, y hoy en 2008 no compran ni uno siquiera. Lo mismo con todo lo demás. El hecho que el valor de mercado de su casa expresado en dólares haya aumentado en el mismo período, no quiere decir que su casa sea más valiosa, sino al menos en gran parte, que los dólares se han depreciado. Lo que usted consideraba como un aumento de riqueza, no es más que inflación. De hecho, es muy probable que el aumento en términos nominales en el valor de su casa, ni siquiera compensen la pérdida de poder adquisitivo del dólar. Contemple usted el caso que, en el mismo período de nuestro ejemplo, la inflación oficial del dólar ha sido de 480%. Eso quiere decir que su casa habría tenido que multiplicarse en precio por 5.8 en esos 38 años, simplemente para que mantuviese su valor real. En nuestro ejemplo, esa casa que compró en 1970 por $50,000.00, tendría que haberla vendido usted este año por $290,000.00. Quiere decir que si usted vendió a $200,000.00, ¡usted perdió!
Sin embargo, como usted vendió en $200,000.00 y el impuesto sobre las ganancias de capital no toma en cuenta la inflación, usted tendrá que pagar 10% sobre la diferencia nominal entre el precio de venta y el precio de adquisición. Usted pagará al fisco $15,000.00, ¡por una pérdida!
¿Dije doble tributación? Más bien triple
Hasta ahora no hemos considerado que sobre esa propiedad, usted ha tenido que pagar anualmente otro impuesto, el de inmueble. Así que usted paga primero ISR sobre su ingreso neto. Luego, paga impuesto de inmueble sobre su activo, por todo el tiempo que lo mantenga, y tercero, paga usted ISR sobre la supuesta ganancia de capital, que como ya vimos, probablemente no es tal ganancia en términos reales. ¡Así que usted es gravado tres veces por la misma cosa!
Conclusión
Para la enorme mayoría de las personas de clase media, su principal activo es su residencia. Los ricos también tienen casa, pero el más alto valor de sus residencias y su mayor afluencia en términos generales, hace que tengan a su haber opciones de minimización de impuestos, que para los de clase media no hacen sentido económico. La aplicación del ISR a las llamadas ganancias de capital, por tanto, debe derogarse.