February 19, 2009
Mercado y cultura: Pesimismo cultural(2)
5. La política
Los pesimistas a menudo critican la cultura actual para promover una agenda política. Por ejemplo, Irving Kristol y Daniel Bell quieren promover la ética protestante de la abstinencia, el trabajo duro y la comunidad. En contraste, la cultura de mercado promueve el lujo, las novedades y la gratificación inmediata.
Por su parte, ciertos miembros del movimiento de la corrección política promueven abiertamente la censura y atacaron las fotos de Mapplethorpe por ser racistas y sexistas, reducir el cuerpo a un objeto, y perpetuar una cultura de dominación.
La escuela de Frankfurt ataca la superficialidad de la cultura de masas. Esta cultura destruye la sociedad civil, atomiza a las masas y elimina la idea de ciudadanía. Los conservadores y la Escuela de Frankfurt utilizan fuentes comunes como Nietzsche, Ortega, Tocqueville, Spengler y Tonnies.
En otro frente, los multiculturalistas temen que la influencia de los países desarrollados destruya las creencias nativas de otras culturas. Ven el capitalismo como una amenaza para la diversidad cultural.
Los multiculturalistas idealizan una cultura estática, en peligro de corromperse, y que debe preservarse a toda costa. Finalmente, han resucitado el mito de la decadencia histórica.
6. Fuerzas psicológicas
Algunos individuos apoyan el pesimismo cultural como una justificación para sus actitudes elitistas. Los elitistas necesitan sentirse parte de una minoría privilegiada. Esto se pone de manifiesto sobre todo en su opinión sobre los programas de televisión.
Los defensores de los subsidios gubernamentales para las artes manifiestan frecuentemente un elitismo implícito. A menudo aspiran a que el dinero de las masas interesadas en las películas acabe financiando la ópera y el teatro.
Detrás del pesimismo cultural se adivina el miedo. La cultura es dinámica y no puede ser dirigida en una dirección determinada. Por tanto, genera temor en quienes tienen intereses psicológicos o materiales en determinadas ideas.
7. Costos y beneficios del pesimismo cultural
El optimismo cultural implica que los incentivos de dinero, fama y expresión creativa funcionan en las artes, al menos en una economía de mercado.
Los pesimistas que atacan las tendencias contemporáneas ayudan a distinguir lo bueno de lo malo. Si nadie atacase la cultura contemporánea, nuestra comprensión de la misma sería menor. Los pesimistas también enriquecen las obras que atacan, aunque sin quererlo. Por ejemplo, comprendemos mejor a Gauguin si sabemos contra quiénes reaccionaba.
Los pesimistas a menudo quieren capturar el espíritu de una época antes de que desaparezca. Harold Bloom no hubiera escrito Western Canon si no hubiera sentido que los clásicos estaban en peligro.
Sin embargo no debemos concluir que el pesimismo es inocuo. El pesimismo lleva a descuidar la cultura contemporánea. Sin la influencia cultural del mismo estaríamos más dispuestos a experimentar las nueva formas de cultura.
( Tyler Cowen, In praise of commercial culture, Pag. 196-210 )