March 03, 2009
Caso real de burocracia
Un matrimonio de un panameño-americano y una americana que viven en Panamá desde hace un año, me relató hace unos días la visita que les hicieron del Departamento de Migración para verificar que su matrimonio no fuese uno de esos 'arreglados' en los que un extranjero contrae nupcias con un panameño con el solo propósito de lograr su status migratorio en Panamá.
Esta pareja tiene 20 años de matrimonio, y fue sólo hace 1 año que decidieron establecer su residencia en Panamá (antes residían en los Estados Unidos de América). A continuación, el intercambio entre ambos esposos ("Marido", "Esposa") y el inspector de Migración ("Inspector"):
- [Inspector]: Bievenidos a la entrevista matrimonial.
- [Marido]: ¿Puedo preguntar a qué se debe la necesidad de esta entrevista? Mi esposa y yo tenemos 20 años de casados, eso consta en el expediente y claramente ella no se casó conmigo hace 20 años en los Estados Unidos con la idea de que 19 años después querría venirse a vivir a Panamá y lograr así su residencia.
- [Inspector]: Lo siento señor, pero es la ley.
- [Marido]: Ah, quiere decir usted que con esto está justificando su salario.
- [Inspector, muy cándidamente]: Así es.
[....]
(Ya iniciadas las preguntas)
- [Inspector]: ¿De qué color es el armario de la recámara principal de su casa?
- [Marido]: Está usted bromeando, ¿verdad?
- [Inspector]: No señor, no lo estoy.
- [Esposa]: Color madera, chocolate.
- [Inspector]: ¿Y es de madera?
- [Esposa]: Sí.
- [Inspector]: ¿Y la madera es importada o nacional?
- [Marido, comprensiblemente en avanzado estado de ofuscación]: ¿Y qué importa si la madera es de importación o es nacional? ¿Quién se fija en eso?
- [Inspector]: Ok, siguiente pregunta. ¿Quién cocina en la casa?
- [Esposa]: Ambos lo hacemos.
- [Inspector]: ¿Cómo así que ambos lo hacen?
- [Esposa]: Pues así mismo, ambos cocinamos, a veces cocina él, a veces cocino yo.
- [Inspector]: Hmmm, bueno, ¿quién es el que cocina con más frecuencia?
- [Esposa]: Yo.
La entrevista continuó con muchas más preguntas absurdas, pero éstas son sólo una muestra de lo increíble que es la burocracia. Si leyó usted El Castillo de Kafka y pensaba que era ficción, pues entérese que no. En materia de burocracia, la realidad puede muy bien superar a la ficción.
Esta pareja tiene 20 años de matrimonio, y fue sólo hace 1 año que decidieron establecer su residencia en Panamá (antes residían en los Estados Unidos de América). A continuación, el intercambio entre ambos esposos ("Marido", "Esposa") y el inspector de Migración ("Inspector"):
- [Inspector]: Bievenidos a la entrevista matrimonial.
- [Marido]: ¿Puedo preguntar a qué se debe la necesidad de esta entrevista? Mi esposa y yo tenemos 20 años de casados, eso consta en el expediente y claramente ella no se casó conmigo hace 20 años en los Estados Unidos con la idea de que 19 años después querría venirse a vivir a Panamá y lograr así su residencia.
- [Inspector]: Lo siento señor, pero es la ley.
- [Marido]: Ah, quiere decir usted que con esto está justificando su salario.
- [Inspector, muy cándidamente]: Así es.
[....]
(Ya iniciadas las preguntas)
- [Inspector]: ¿De qué color es el armario de la recámara principal de su casa?
- [Marido]: Está usted bromeando, ¿verdad?
- [Inspector]: No señor, no lo estoy.
- [Esposa]: Color madera, chocolate.
- [Inspector]: ¿Y es de madera?
- [Esposa]: Sí.
- [Inspector]: ¿Y la madera es importada o nacional?
- [Marido, comprensiblemente en avanzado estado de ofuscación]: ¿Y qué importa si la madera es de importación o es nacional? ¿Quién se fija en eso?
- [Inspector]: Ok, siguiente pregunta. ¿Quién cocina en la casa?
- [Esposa]: Ambos lo hacemos.
- [Inspector]: ¿Cómo así que ambos lo hacen?
- [Esposa]: Pues así mismo, ambos cocinamos, a veces cocina él, a veces cocino yo.
- [Inspector]: Hmmm, bueno, ¿quién es el que cocina con más frecuencia?
- [Esposa]: Yo.
La entrevista continuó con muchas más preguntas absurdas, pero éstas son sólo una muestra de lo increíble que es la burocracia. Si leyó usted El Castillo de Kafka y pensaba que era ficción, pues entérese que no. En materia de burocracia, la realidad puede muy bien superar a la ficción.