March 09, 2009
Rescates y quiebras
Existen dos procesos para manejar la situación de las compañías con serios problemas. Uno es el de rescate y el otro el de la quiebra.
El rescate es ineficiente e injusto:
1. Supone que los problemas de las compañías se reducen a la liquidez. Lo cierto es que hay una enorme variedad de problemas, como productos y procesos inadecuados, estrategias equivocadas, gastos excesivos, cultura organizacional tóxica, y muchos otros.
2. En consecuencia, tirar dinero a los problemas no garantiza ningún resultado satisfactorio.
3. Normalmente comienza con algún sector específico de la economía, pero luego se va extendiendo a otros. Por ejemplo, en EU comenzó con los bancos y luego siguieron los fabricantes de autos. ¿Qué vendrá después?
4. Lo normal es que las influencias políticas jueguen un papel importante para decidir quién consigue fondos de rescate y quién no. Esto está ampliamente documentado respecto a los bancos en EU. Siendo realistas, no debe sorprendernos en absoluto.
5. Los gobiernos tratan de tranquilizar a la población asignando comités de seguimiento para verificar que los fondos del rescate se utilicen adecuadamente. El problema es que dichos comités no tienen, ni pueden tener, el conocimiento suficiente para realizar la misión. Por ejemplo, ¿cómo puede saber dicho comité si General Motors esta siguiendo una buena estrategia para salir de la crisis?
6. Transfiere el fracaso de las empresas a la sociedad en general. Por ejemplo, a los contribuyentes, a otros competidores más eficientes o a los consumidores.
En contraposición, el proceso de quiebra es justo, lógico y eficiente. En primer lugar, si la compañía puede ser rentable de nuevo, bien sea cambiando productos, reduciendo gastos, ampliando clientela, o de cualquier otra forma, tendrá un tiempo prudencial para hacerlo.
Si se llega a la conclusión de que no hay alternativa, se garantiza un proceso ordenado de modo que los acreedores puedan cobrar en la medida en que se vayan vendiendo los activos.
En este proceso, las pérdidas financieras afectan sólo a quienes deben afectar, o sea, a los accionistas y a los acreedores principalmente. Es obvio que estos deben asumir los riesgos que tomaron y no tratar de traspasarlos a otros.
Hay quienes creen que en las quiebras los activos y el capital se volatilizan y desaparecen. Sencillamente, van a parar a manos más eficientes. Las quiebras son algo normal y así deben ser consideradas. Forman parte del proceso de destrucción creadora.
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Hay que ser un reaccionario para entender la segunda parte. Pero como dice Sowell es más bonito que el político de la impresión de que hace algo.
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