April 20, 2009
Por los diputados paviolos
En Panamá, un paviolo es alguien que no acude a donde le llama su obligación. Por ejemplo, un profesor o un estudiante que no van a clases, un trabajador que no va a trabajar, o un diputado que no acude a la Asamblea.
Recientemente encontré lo siguiente en el resumen de noticias que recibo diariamente en mi correo:
“El Estado panameño, en el último quinquenio, ha pagado a los diputados 15.9 millones de dólares por ausentarse de sus curules. En las 569 sesiones ordinarias llevadas a cabo desde 2005, los diputados sumaron 16,201 ausencias contra 24, 189 asistencias.
En lo que va de este año se han programado 16 sesiones ordinarias y sólo se ha logrado el quórum en tres de ellas. La Asamblea Nacional, corazón de la democracia panameña, se encuentra prácticamente paralizada, pero los diputados siguen cobrando.”
A mí está noticia no sólo no me irrita, como al periodista redactor, sino que me da cierta esperanza. En Estados Unidos suelen decir que ni la libertad ni la propiedad están a salvo cuando el Congreso está sesionando. Pues lo mismo pasa en Panamá y en todas partes.
Ciertamente, a mí me gustaría que los diputados sesionaran, no para crear nuevas leyes, sino para ir eliminando las existentes. Como esto es un sueño, me consuelo con la falta de quórum.
Los diputados panameños ganan siete mil dólares mensuales, lo que no está nada mal. Pero yo estaría dispuesto a pagarles el doble con la condición de que, por cada nueva ley que aprueben, eliminen dos que estén vigentes.
Comments:
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Francisco, buenísima tu observación de que, al final, es mejor que no sesionen. Mark Twain es quien dijo que la vida, libertad y propiedad de nadie está segura mientras la legislatura está en sesión.
Un amigo mío dice que habría que hacer algo similar con los burócratas en general: pagarles sus salarios íntegros, pero no para que asistan a sus puestos de trabajo, sino para que se queden en casa. Así, al menos, no entorpecerían las vidas, negocios y actividades libres de los verdaderos productores de riqueza: los particulares.
Un amigo mío dice que habría que hacer algo similar con los burócratas en general: pagarles sus salarios íntegros, pero no para que asistan a sus puestos de trabajo, sino para que se queden en casa. Así, al menos, no entorpecerían las vidas, negocios y actividades libres de los verdaderos productores de riqueza: los particulares.
JR:Concuerdo con tu amigo.Hace algún tiempo escribí una nota a favor de las botellas y en contra de los botellines(que van a la oficina a realizar tareas que no sólo no añaden ningún valor sino que hacen la vida más difícil a los que tienen la mala suerte de tener que ir a una oficina pública)
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