June 02, 2009
El que mucho abarca, poco aprieta
En mi país Panamá (y estoy seguro que esto no es un fenómeno exclusivamente panameño), el Estado se ha ido extendiendo a tantas actividades, que ya no hace ni siquiera medianamente bien las que realmente le competen.
Hace unos días salió la noticia que el principal radiofaro VOR para navegación aérea del país, el de la Isla de Taboga (al sur de la ciudad de Panamá), ha dejado de transmitir. Y el Director de Aeronáutica Civil ha dicho que no lo van a reparar, porque se está invirtiendo en el sistema GPS. No voy a entrar en la discusión sobre si esta es una decisión acertada o no (la de depender sólo del sistema GPS), sino que mi observación se limita a que es irresponsable desatender y desconectar el sistema de radiofaros ANTES de que entre en funcionamiento el sistema GPS. Esto pone en riesgo las vidas de seres humanos que se movilizan por vía aérea dentro del país diariamente. Si algo similar lo hiciera una empresa privada y resultasen muertos a causa de ello, los responsables irían presos, pero cuando lo hace el Estado, no pasa nada.
Lo anterior es sólo un ejemplo, pero hay muchos. Daré otro. Los bomberos estuvieron hace algunos meses en protesta porque no se les estaba dando los equipos necesarios para hacer su trabajo. Imagínese usted. Y me enteré allí también, que los bomberos en mi país no cuentan con la provisión de un seguro de vida privado que les pague su respectiva agencia. Es decir, si un bombero muere en cumplimiento del deber, su viuda e hijos tienen que conformarse con una pensión de la Caja de Seguro Social, que es claramente insuficiente.
¿Por qué ocurren estas cosas en un país que evidentemente no es pobre? Porque el Estado se ha metido a hacer de todo lo que no le corresponde. El mío es un país donde el Estado organiza carnavales en la ciudad capital, actividad que jamás debe corresponderle al Estado; aquí el Gobierno Nacional tiene un plan de comercialización de arroz 'barato' llamado Compita. ¿Qué rayos hace el Gobierno de un país comercializando arroz?
En mi país el Gobierno Central gasta más en publicidad estatal que lo que destina a la Policía Nacional. ¿Puede usted creer semejante cosa? Y el presupuesto anual del Despacho de la Primera Dama supera al del Órgano Judicial. Es decir, las funciones esenciales del Estado: Administración de Justicia, seguridad y defensa de los ciudadanos ante amenazas individuales y amenazas externas, ya ha dejado de cumplirlas el Estado, sencillamente porque se ha ido metiendo en cosas que no le competen. Y cuando uno se dedica a hacer de todo, no hace nada bien, excepto entorpecer las vidas de los ciudadanos.
Hace unos días salió la noticia que el principal radiofaro VOR para navegación aérea del país, el de la Isla de Taboga (al sur de la ciudad de Panamá), ha dejado de transmitir. Y el Director de Aeronáutica Civil ha dicho que no lo van a reparar, porque se está invirtiendo en el sistema GPS. No voy a entrar en la discusión sobre si esta es una decisión acertada o no (la de depender sólo del sistema GPS), sino que mi observación se limita a que es irresponsable desatender y desconectar el sistema de radiofaros ANTES de que entre en funcionamiento el sistema GPS. Esto pone en riesgo las vidas de seres humanos que se movilizan por vía aérea dentro del país diariamente. Si algo similar lo hiciera una empresa privada y resultasen muertos a causa de ello, los responsables irían presos, pero cuando lo hace el Estado, no pasa nada.
Lo anterior es sólo un ejemplo, pero hay muchos. Daré otro. Los bomberos estuvieron hace algunos meses en protesta porque no se les estaba dando los equipos necesarios para hacer su trabajo. Imagínese usted. Y me enteré allí también, que los bomberos en mi país no cuentan con la provisión de un seguro de vida privado que les pague su respectiva agencia. Es decir, si un bombero muere en cumplimiento del deber, su viuda e hijos tienen que conformarse con una pensión de la Caja de Seguro Social, que es claramente insuficiente.
¿Por qué ocurren estas cosas en un país que evidentemente no es pobre? Porque el Estado se ha metido a hacer de todo lo que no le corresponde. El mío es un país donde el Estado organiza carnavales en la ciudad capital, actividad que jamás debe corresponderle al Estado; aquí el Gobierno Nacional tiene un plan de comercialización de arroz 'barato' llamado Compita. ¿Qué rayos hace el Gobierno de un país comercializando arroz?
En mi país el Gobierno Central gasta más en publicidad estatal que lo que destina a la Policía Nacional. ¿Puede usted creer semejante cosa? Y el presupuesto anual del Despacho de la Primera Dama supera al del Órgano Judicial. Es decir, las funciones esenciales del Estado: Administración de Justicia, seguridad y defensa de los ciudadanos ante amenazas individuales y amenazas externas, ya ha dejado de cumplirlas el Estado, sencillamente porque se ha ido metiendo en cosas que no le competen. Y cuando uno se dedica a hacer de todo, no hace nada bien, excepto entorpecer las vidas de los ciudadanos.