June 07, 2009

 

John Stossel: Asustar a la gente


Cuando hacía el programa 20/20, alguien llegó a mi oficina con una noticia terrorífica: “Los encendedores Bic se encienden en los bolsillos de la gente.” Durante parte de mi carrera yo fui también parte del problema, informando sobre riesgos insignificantes.

Daba por supuesto que los dueños de negocios querían hacerse ricos. Me tomó tiempo darme cuenta que los activistas tienen también agendas personales. Quieren ser famosos, o sentirse moralmente superiores, u obtener donaciones asustando a la gente.

En 1985 ya estaba harto de tratar indiscriminadamente sobre cualquier riesgo, así que decidí hacer un ranking según el número de muertes anuales. Esto es lo que resultó: enfermedades coronarias (711mil), cáncer (553 mil), ataques cerebrales (168 mil), accidentes (98 mil ), vehículos (43 mil), caídas (13 mil), cruce de calles (6 mil), fuego (3,400), atragantamiento por pequeños objetos (2,800), electrocutamiento (900), atragantamiento por comida (600), piscinas (500), rayos (100), agua caliente (51), encendedores Bic (1).

Cuando hablo ante grandes audiencias, hago el siguiente experimento. Supongan que ustedes son reguladores y yo soy un empresario que tiene un nuevo combustible. Es explosivo, invisible, inodoro, y venenoso, y pretendo que lo utilicen en sus casas. ¿Aprobarían este combustible? La respuesta es siempre negativa. Luego les hago notar que ese combustible es el gas natural que utilizamos en nuestras cocinas. Pero lo aceptamos, aunque produce 400 muertes anuales, porque fue introducido antes de que exigiéramos seguridad total.

En contraste, la energía nuclear nos aterroriza. ¿Serían aprobados los autos hoy día? No lo creo. ¿Los aviones? Menos aún.

Hace años, los padres de familia de New York entraron en pánico cuando se enteraron de que las paredes de muchas escuelas tenían asbestos. Las escuelas fueron cerradas y se gastaron 100 millones de dólares para eliminarlos. Pero en 2001 la EPA admitió que sólo hay peligro si hay exposición de largo plazo a niveles altos de asbestos.

La película “Erin Brockovich” trata de una mujer que convenció a una población de que la compañía eléctrica los estaba enfermando. Brockovich afirmaba que un químico denominado cromio hexavalente causaba cáncer uterino, enfermedad de Hodgkins, deterioro espinal, y mucho más. La verdad científica es que el químico en cuestión sólo es carcinógeno si se inhala en grandes cantidades. Los análisis indicaron que la tasa de cáncer en el área era normal. Finalmente, un estudio de 50,000 trabajadores de las plantas eléctricas de la compañía indicó que eran más saludables que el promedio.

La histeria de los medios no sólo engaña al público sino al gobierno. Los reguladores asignan fondos, no a los riesgos más importantes, sino a los que reciben más publicidad. Uno esperaría que se gasten los fondos en investigaciones que puedan salvar más vidas. La verdad es que se dedican más fondos a quienes hacen más ruido.

Actualmente el sida y el cáncer de seno son las enfermedades que reciben más fondos por paciente. Pero no son las que causan más muertes. El cáncer de seno está en noveno lugar, y el sida en décimo octavo. En 2001, la investigación sobre el sida recibió 4,439 dólares por paciente, el cáncer de seno 290, el Parkinson 175, la diabetes, que mató más gente que el cáncer de seno y el sida juntos, recibió 41. La enfermedad coronaria, que produjo la mayor cantidad de muertes, recibió 58 por paciente.

( John Stossel, Give me a break, Pag. 73-95 )

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