June 28, 2009
John Stossel: Welfare para ricos
En 1980 me construí una casa de playa. Era un lugar absurdo. Pero si el océano acababa con mi casa, el Tío Sam la reemplazaría con el National Flood Insurance Program. Además, mi prima de seguro era ridículamente baja. Este programa protege a las estrellas de cine en Malibu, y a los ricos de Kennebunkport y Hyannis.
Hoy día, los mayores beneficiarios del welfare son los granjeros. En otros tiempos eran los más autosuficientes. Se supone que los subsidios les ayudan a recuperarse de los bajos precios debido a la sobreproducción; pero los subsidios fomentan mayor sobreproducción, lo que baja los precios y esto lleva a mayores subsidios.
Los subsidios crean serios problemas a los granjeros de los países pobres porque no pueden competir con los productos estadounidenses subsidiados.
¿Por qué se subsidia la agricultura? Las granjas tienen un aire romántico y gustan a todos, aunque los mayores receptores no son las granjas familiares sino las compañías. Además, existen muchos grupos de presión agrícola y los políticos prefieren llevarse bien con ellos. Muchos de los subsidiados tienen ingresos netos anuales superiores a los 200 mil dólares.
Hay quienes dicen que la oferta de alimentos no pueden dejarse a las incertidumbres del mercado. Lo correcto es lo contrario. Los productores de vegetales y frutas no reciben ningún subsidio y les va muy bien. El libre mercado es la mejor alternativa para producir cualquier cosa, y los alimentos no son la excepción.
Archer Daniels Midland es la corporación que más subsidios recibe. Tiene dos fuentes. Como el precio del azúcar en EU es artificialmente alto, Coca-Cola y otras compañías le compran a ADM edulcorantes derivados del maíz. La otra fuente es el etanol, la compañía recibe un crédito fiscal de 52 centavos por galón de etanol, y produce 50% de todo el etanol del país. Para mantener el negocio, ADM contribuye generosamente a las campañas de los Demócratas y los Republicanos.
George W. Bush estableció aranceles para el acero. Esto ayuda a la industria del acero y perjudica a todos los que tienen que comprarlo. Además, perjudica a los consumidores. Por ejemplo, el arancel añade al menos 100 dólares al costo de un auto.
Los grandes empresarios del deporte venden la idea de que los estadios son de “interés público”. Sus amigos políticos les dicen a los votantes que el estadio “creará puestos de trabajo”, será “bueno para la ciudad” y “se pagará por sí mismo”. Esto no es cierto. Estudio tras estudio muestran que los estadios cuestan a las ciudades más que lo que aportan.
La doctrina legal del “dominio eminente” permite a los gobernantes tomar posesión de propiedades privadas si esto es necesario para el bienestar general. Tradicionalmente la doctrina se utilizó para construir carreteras, puentes, parques y similares.
Pero hoy día se utiliza para ayudar a empresas privadas. Por ejemplo, la ciudad de Hurst, Texas, eliminó 127 casas para que pudiera expandirse un centro comercial. En Toledo, Ohio, se hizo algo similar para lograr espacio para una fábrica de autos. Gracias a la Quinta Enmienda, el gobierno tiene que darles una “compensación justa” por su propiedad. El problema es que el gobierno decide qué es lo justo.
( John Stossel, Give me a break, 2004, Pag. 135-154 )