June 29, 2009
Sobre la cándida ignorancia
Al fin me encuentro con alguien que explica con sencillez qué es lo que entiende por fracaso del libre mercado. La inmensa mayoría de los que tratan sobre dicho fracaso se limitan a presentarlo como algo evidente que no exige explicación alguna. Cuando más, vomitan algún que otro adjetivo que debe cerrar la boca a los estúpidos liberales, o mejor, neoliberales.
Sean Collins, en un artículo sobre General Motors, afirma lo siguiente:
“Es claro que GM ha sido un fracaso como compañía, pero la caída de GM es también emblemática del fracaso del mercado en los Estados Unidos.
Según la ideología capitalista, se supone que la mano invisible del mercado se autocorrige. Pero GM no llevó a cabo ninguna corrección adecuada. Sus acciones de reestructuración fueron pocas y tardías. La compañía buscó a menudo la salida más fácil, incluyendo préstamos baratos a los compradores e incentivos a los concesionarios para aumentar las ventas.
El hecho de que GM no se haya reestructurado sin la asistencia del gobierno es una acusación contra el mercado.”
Para empezar, no existe la ideología capitalista, porque no existe un capitalismo sino varios. Simplificando, podemos distinguir el capitalismo de libre mercado y el mercantilista. En realidad ninguno de los dos se da en estado puro. Así que lo que tenemos son combinaciones de ambos en diferentes proporciones.
Además, es indudable que el libre mercado, el verdadero, es el mejor regulador posible. Quien sirve bien a los clientes triunfa, y el que no lo hace, fracasa. Precisamente es un triunfo del mercado el que haga desaparecer a los negocios ineficientes. De esta forma los recursos escasos terminan en manos de quienes los pueden hacer más productivos en beneficio de todos. El libre mercado no está ligado a la supervivencia de ningún negocio en particular.
Finalmente, hay que decir que si el gobierno no hubiera estado metiendo sus manos en el negocio automovilístico desde hace mucho tiempo, es posible que GM no hubiera llegado a la situación actual. Recordemos que en los años 1980 el gobierno de Estados Unidos utilizó todos los medios a su alcance para impedir o reducir la importación de autos japoneses. Y recordemos también que siempre ha habido una especie de garantía implícita de ayuda del gobierno a los tres grandes. Nadie trabaja a plena capacidad si sabe que alguien le va a salvar de las consecuencias de sus errores.
Los gobiernos no entran a salvar compañías para evitar males mayores. Lo hacen para aumentar su poder. Después de todo, ese es su negocio.