July 27, 2009
El fascismo económico de FDR
Thomas DiLorenzo trata sobre el tema en una sección del capitulo décimo de su libro “How capitalism saved America”. Dado que Obama se proclama un gran admirador de FDR, es muy oportuno comprender el significado último de las acciones y programas de este último.
John T. Flynn notó las grandes semejanzas entre el sistema económico de Mussolini y el primer New Deal (1933-1934). Escribe Flynn: “Mussolini organizó cada sector industrial o profesional en una asociación de negocios supervisada por el Estado, llamada cooperativa. Estas cooperativas operaban bajo la supervisión del Estado y debían planear la producción, calidad, precios, distribución, y demás. La National Recovery Act de FDR organizó cada sector productivo como una asociación de negocios supervisada por el Estado. No se llamaba cooperativa sino Code Authority. Pero esencialmente era lo mismo. Era fascismo”.
Mussolini criticó la “búsqueda egoísta de la prosperidad material” y explicó que el fascismo era una “reacción contra el materialismo del siglo XIX”. Por otra parte, decía que “si el siglo XIX había sido el siglo del individuo, el siglo XX sería el del Estado”.
FDR no se cansó de denigrar al capitalismo y sus instituciones. La competencia era “canibalismo económico”. Los individuos ambiciosos eran “piratas industriales”. Y los carteles dominados por el gobierno eran “arreglos cooperativos”. Mussolini y su sistema corporativo tenía muchos admiradores entre los intelectuales, políticos y empresarios norteamericanos, y esto explica su gran influencia sobre la administración FDR.
Charlotte Twight, en su libro “America’s Emergent Fascist Economy”, dice que el fascismo económico da poder a una élite para determinar los objetivos que deben lograr otros individuos; es la antítesis del gobierno limitado; es intervencionista a escala masiva; no toma en cuenta los deseos de los consumidores; sustituye las consideraciones económicas por las políticas; utiliza el lenguaje del “interés nacional” para justificar todo tipo de intervenciones.
Una observación final. Hay quienes aceptan que FDR impuso el fascismo económico, pero hacen notar que esto se dio sin merma alguna de las libertades políticas. Esto es una verdad a medias. Ciertamente, FDR no impuso un sistema totalitario. Pero también es cierto que sin libertad económica no hay libertad política plena. Si se coarta la libertad económica, es imposible que esto no tenga efecto sobre la libertad política. ¿Acaso podía un empresario cartelizado expresar abiertamente opiniones políticas contrarias a FDR? ¿Y qué me dicen de un trabajador contratado en alguno de los programas de ayuda a los desempleados? ¿O de cualquier trabajador en general?
Comments:
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Estimado/s,
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Saludos cordiales.
Agradecemos su difusión.
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