August 03, 2009
A vueltas con los intermediarios
Parece que periódicamente tengo que lidiar con esta pesadilla, que no son los intermediarios sino quienes escriben o hablan sobre ellos. Durante la semana pasada tuve que tragarme los tres episodios siguientes:
Primero : El editorial de un diario trata sobre los precios de la carne de cerdo. Dice que los criadores reciben 1.25 dólares por libra y los supermercados venden a 2.35, con ganancias de casi 100%. El editorialista se olvida de todos los costos del supermercado desde que compra hasta que vende. Esta forma de “razonar” la he visto en diarios de diferentes países.
Segundo : El director de un programa de TV constata que el precio de la electricidad va a bajar un 10%, y supone que los alimentos bajarán en los supermercados un 10%. Por lo visto, la electricidad es el único costo que tienen.
Tercero : Un profesor de economía dice que los alimentos subieron un 17% en 2008. Los productores aumentaron el precio en 8% y el resto se debe a los distribuidores. El aumento de los productores está bien y el de los distribuidores no. No explica por qué, así que debo entender que el asunto es evidente.
Los ejemplos anteriores son una manifestación de una creencia firmemente establecida en la mentalidad de la mayoría de los panameños :cuando suben los alimentos es porque los distribuidores quieren enriquecerse a costa de los consumidores.
La creencia no resiste la confrontación con los hechos. Por ejemplo, entre 1990 y 2005 los precios se mantuvieron constantes e incluso muchos se redujeron. Entonces, no tiene mucho sentido atribuir los aumentos de 2006-2008 a un afán de enriquecimiento.
Otros, más sofisticados, dicen que el mercado panameño es muy pequeño, que los distribuidores forman un oligopolio, y que la cadena de comercialización es ineficiente. Pero el problema sigue siendo el mismo. Si estas razones pudieran explicar la subida de precios durante tres años, ¿cómo explicarían la estabilidad durante dieciséis?
Pero supongamos, como creen muchos, que los supermercados tienen altos márgenes de ganancias, digamos un 25%. Si esto fuera así, pasaría una de dos cosas, o bien ambas. Habría empresarios que estarían muy felices con un margen de 15% y entrarían a competir empujando los precios a la baja. O quizás algunos grupos de productores entrarían también en el negocio de la distribución empujando todavía más los precios hacia abajo. Como esto no está sucediendo, salvo una débil incursión de una asociación de productores, cuyos resultados están por verse, yo sigo siendo muy escéptico respecto a estos argumentos o creencias.