September 10, 2009

 

Debate de ideologías


Panamá, hasta estos dos últimos años, no ha sido un país caracterizado por un debate abierto de ideologías. Los partidos gobernantes desde los tiempos postdictadura militar jamás definieron concretamente un corte ideológico y promulgaban posturas tanto de derecha como de izquierda y centro. No es hasta el presente gobierno de Cambio Democrático que podemos asegurar que estamos girando el timón nacional hacia aguas de la derecha, aunque solo de manera leve.

Es tiempo de empezar a trazar políticas económicas y sociales serias y no simplemente hacer lo que suene mejor, lo políticamente conveniente o lo que favorezca positivamente en las próximas elecciones.

Cuando decimos derecha nos referimos a un grupo de gente que piensa y razona a favor del individuo. Aquellos del lado derecho entendemos que “sociedad” es simplemente un agregado individual y le ponemos el mayor respeto y atención a los derechos y obligaciones del centro de la acción social humana: la persona individual.

Entendemos que solo el individuo es productor de riquezas, de innovación, desarrollo y que sólo a través de la protección del individuo, respetando sus intereses y deseos, podemos avanzar como sociedad.

A razón de esto, somos firmes en nuestra lucha en contra de lo que consideramos como intrusiones innecesarias del sector público en la vida privada. Repudiamos el hecho de que la ineficiente burocracia estatal absorba un tercio del producto de nuestras vidas laborales y rechazamos los intentos de ingeniería social de personas que buscando eliminar males percibidos simplemente empeoran las condiciones de vida de todos.

Respetamos el trabajo de cada persona y su propiedad sobre los frutos de ese trabajo, apoyamos la libre asociación y ciertamente somos los más fuertes defensores de grupos sindicales (siempre que no sean monopolios sindicales amparados por entidades gubernamentales).

Nos oponemos tajantemente a la regulación de precios por parte del gobierno, entendiendo que esto sólo causa desastres en el funcionamiento propio de la economía. Sobre todo, sabemos y confiamos en que cada individuo puede tomar decisiones para él mismo mucho mejor que cuatro o cinco funcionarios en un comité; entendemos que el gobierno sólo puede gastar lo que antes le ha quitado a otros, y que al buscar redistribuir las riquezas, ahuyenta a los productores de ésta y sólo redistribuye miseria.

Apoyamos el conservadurismo fiscal y la libertad social, creemos en un gobierno pequeño y velamos por la minoría más importante de todas: cada individuo.

Llamar a Panamá un país capitalista es totalmente equívoco; aquí no disfrutamos del estilo de vida libre y singular de Singapur o Hong Kong. Somos un país mercantilista donde la moneda no es el balboa sino los favores gubernamentales. Como argumento serio y motivado por un serio deseo de debate, sostengo que el socialismo ha fallado donde quiera que ha sido implementado y sus efectos sólo han podido ser corregidos por el libre mercado, que no es más que todos nosotros y nuestra creatividad.

Empecemos el debate.

( Artículo de Alfonso Grimaldo, de la Fundación Libertad de Panamá, publicado en el diario La Prensa )

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