September 28, 2009

 

Golpes de gobierno y golpes de estado


El episodio de Zelaya ha dejado muchas enseñanzas de interés. Señalaré algunas. La inmensa mayoría de quienes opinaron en su momento no sintieron la más mínima necesidad de informarse sobre la legislación hondureña. Asumieron implícitamente que Honduras no podía tener leyes diferentes a las de sus países respectivos, y se equivocaron clamorosamente. El artículo 239 de la Constitución hondureña dice : ”El ciudadano que haya desempeñado la titularidad del Poder Ejecutivo no podrá ser Presidente o Designado. El que quebrante esta disposición o proponga su reforma, así como aquellos que lo apoyen directa o indirectamente, cesarán de inmediato en el desempeño de sus respectivos cargos y quedarán inhabilitados por diez años para el ejercicio de toda función pública.”

La OEA y la ONU se tomaron el caso como si fuera lo más importante que estaba sucediendo en el mundo. Esto es muy comprensible. La OEA se está convirtiendo cada vez más en un feudo del imperialismo chavista y la ONU está dominada numéricamente por gobiernos liberticidas.

Pero lo que quiero destacar es otra cosa. En el peor de los caos, si hubiese habido un golpe en Honduras, cosa que yo no creo, hubiera sido un golpe de gobierno, no un golpe de estado. En efecto, nadie tocó al poder legislativo ni al judicial. Y un estado se compone de tres poderes.

Sin embargo, Chávez, Morales y Correa ejecutaron verdaderos golpes de estado en sus países. ¿Por qué? Porque cambiaron la Constitución sin seguir los procedimientos establecidos en cada una de ellas. Esto es un verdadero golpe de estado porque subvierte a los tres poderes. Sorprendentemente, no he encontrado a nadie que argumente de esta forma. Los tres son gobernantes ilegítimos, no importa si inicialmente fueron elegidos con un porcentaje de votos más o menos alto.

Actualización : Escribí lo anterior antes del regreso de Zelaya y el establecimiento de su cuartel general en la embajada brasileña. Hay bastantes incautos que dicen que lo que quiere Zelaya es entorpecer las elecciones de noviembre. Yo pienso que su objetivo es que no haya elecciones y que sea restituido en el poder para hacer lo que no pudo hacer antes.

¿Cómo lograr esto? Con dos tácticas complementarias. Sembrando el terror mediante hordas locales y extranjeras de forma que muchos hondureños cojan miedo y se conviertan en espectadores. Segunda, con una rebelión de militares de rango medio, que yo sospecho que responden a Zelaya.

Recordemos que Chávez se afilió al partido comunista venezolano cuando tenía unos veinticinco años y estuvo haciendo proselitismo político con buenos resultados. Con esta experiencia, es razonable pensar que Zelaya haya estado patrocinando algo más o menos parecido.

Creo que el gobierno hondureño está actuando muy tibiamente. Esto envalentona a los contrarios y desanima a los partidarios. Creo que debió haber roto relaciones con Brasil rápidamente y por razones obvias. A estas horas Zelaya estaría fuera del país o en la cárcel, preferentemente en esta última. Micheletti y compañía deberían recordar que es inútil tratar de complacer a quien no puede ser complacido, y que ciertos individuos interpretan cualquier concesión como debilidad.

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