September 16, 2009

 

La perspectiva de una emigrante rusa


(Traduzco un breve artículo escrito por Svetlana Kunin, que recuerda algunas cosas básicas que se olvidan con frecuencia)

“En la URSS me enseñaron que las metas individuales eran egoístas y sacrificarse por el bien colectivo era noble. En la escuela nos enseñaban que el sistema socialista era hermoso y todo allí era justo; el capitalismo era feo porque la gente era explotada y las personas se comportaban como lobos.

La religión fue suprimida y reemplazada por el culto de los gobernantes. El salario establecido para un proletario era 30-50% más alto que el de un profesional, que apenas podía cubrir las necesidades más elementales.

Criar niños era difícil. Se necesitaban de cuatro a seis adultos por niño. Por eso lo normal era tener un hijo, o a lo más dos. Existía el derecho al aborto, que casi siempre se realizaba sin anestesia.

En la URSS, la igualdad económica se consiguió redistribuyendo la riqueza, asegurando que todos fuéramos pobres, excepto los encargados de la redistribución. Sólo la clase alta de los dirigentes comunistas tenían acceso a tiendas especiales y atención médica comparables con las de Occidente.

El resto teníamos que lidiar con la escasez permanente de alimentos y otras cosas necesarias, y teníamos acceso a una atención médica de mala calidad y en malas condiciones sanitarias.

La utopía igualitaria, lograda por el sacrificio del interés individual ante el bien colectivo, llevó a la corrupción, mercados negros, irritación y envidia. La dignidad humana fue destruida.

Quienes dejaron la URSS encontraron en EU valores diferentes: Libertad de religión, palabra, iniciativa individual, propiedad privada y libre empresa. La mayoría de estos inmigrantes alcanzaron una mejor vida para ellos y para sus hijos.

La libertad para lograr el propio interés llevó a la prosperidad. La prosperidad generó la caridad, y esto benefició a todos.

Los descendientes de estos inmigrantes están apoyando ahora políticas que apartarían a los EU de los valores que dieron a los inmigrantes la oportunidad de mejorar su vida. Políticas como medicina nacionalizada, impuestos altos e intrusión del gobierno en la libre empresa se nos venden bajo el sello socialista de la salvación colectiva.

No hay sociedad ni persona perfecta. Los críticos dicen que la codicia es la fuerza motriz del capitalismo. Mi respuesta es que la envidia es la del socialismo. El cambio hacia el socialismo no es una mejora respecto a las imperfecciones del sistema actual.

Los slogans de “equidad e igualdad” suenan mejor que los del capitalismo. Pero a diferencia de hace cien años, cuando esos slogans tenían que ser probados, tenemos ya una experiencia acumulada. Hoy podemos ver qué ideología lleva a la opresión y cuál a la prosperidad.

Cuando llegué a EU en 1980, pensé que era bueno que quienes vivían en la URSS no supieran lo desafortunados que eran. Ahora pienso que es desafortunado que muchos estadounidenses no entiendan lo afortunados que son, y quieran dar al gobierno más y más poder sin comprender las consecuencias.”

Comments:
Yo que fui por un breve momento 'progresista' me convenzo igual que él que la envidia es el motor del socialismo, y recordando las expresiones de gente socialista. Querer la igualdad como pretenden los socialistas es una muestra de envidia.
 
La mejor prueba es que los comunistas que han alcanzado el poder han vivido,con algunas excepciones,como vivían los más ricos de los burgueses.
 
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