November 01, 2009
Las Memorias de Revel: El mañana ha llegado
1. Resumen del capitulo
Al principio, Revel reflexiona sobre el fenómeno señalado en el título. En la vida de cada persona, llega un momento en que se da cuenta que las líneas maestras de su vida ya están definidas, y que ya no hay marcha atrás ni posibilidad de añadir nada que sea esencial.
Para él ese momento llegó en 1977. A sus cincuenta y tres años comprendió que siempre sería alguien que escribe libros y un escritor que escribe en la prensa y que, llegado el caso, dirige una publicación.
La mayor parte del capitulo está dedicada al episodio del banco soviético BCEN ( Banco Comercial para Europa del Norte ), descubierto por pura casualidad por el periodista Jean Montaldo.
En otoño de 1978 hubo en Paris una huelga de basureros que duró varias semanas. Montaldo pasó un día frente a la sede del BCEN y vió numerosas bolsas de basura, algunas de ellas con agujeros que dejaban asomar papeles. Montaldo se puso a curiosear y descubrió documentos relacionados con cuentas del PC francés, L’Humanité, el sindicato comunista, y cuentas individuales de dirigentes del partido.
Montaldo se llevó las bolsas a su casa y siguió recogiendo bolsas día tras día. Después de varios meses de escudriñar documentos, quedó claro que los vínculos financieros entre Moscú y el PCF formaban un circuito de tres vías. La primera era la de los intercambios comerciales entre el Este y Francia, que tenían como obligado intermediario una red de sociedades en manos de amigos del PCF. En la segunda vía, el PCF depositaba su dinero en el BCEN.
El PCF tenía 219 cuentas con varias decenas de millones de francos y la CGT tenía más de 200 cuentas con 50 millones. Según la tercera vía, el BCEN concedía su “concurso financiero” al PCF, en particular a su prensa y todo tipo de actividades editoriales, beneficiarios en menos de un semestre de una inyección de varias decenas de millones de francos.
2. Textos escogidos
·En los años 70 la prensa francesa más influyente consideraba que los estadounidenses eran los únicos responsables de la guerra fría; alababa sin restricción a Mao y Castro; atribuía únicamente a la CIA la caída de Allende; negaba la existencia de los campos de exterminio en Vietnam; consideraba a los jemeres rojos filántropos bienhechores; disculpaba a las Brigadas Rojas de Italia y al Ejército Rojo de Alemania.
·Raymond Aron seguía siendo la bestia negra de la izquierda. Aún no había accedido a la dignidad inmaculada de mentor ecuménico de toda la intelectualidad francesa que alcanzaría al final de su vida, y sobre todo después de su muerte. Tras esa canonización, quienes habían despotricado contra él comenzaron a citarle sin vergüenza, incluso a apropiárselo, a arrebatárselo a sus discípulos más antiguos.
·Los europeos occidentales llegados a la madurez política tras la caída de la Unión Soviética no pueden sospechar lo que fue la intimidación de las mentes por el comunismo, incluidos los últimos años de su reinado. Así el gobierno francés de aquella época, inspirado por su presidente, se creyó en el deber de disculparse ante la embajada soviética, asegurándole discretamente que no tenía nada que ver con la divulgación de los documentos del BCEN.
·En lo que a mí respecta, me limito a reproducir la frase de Jorge Semprún en “Federico Sánchez” : “Estoy acostumbrado a que toda clase de imbéciles me traten de hombre de derechas.” El regalo que nos hacen los imbéciles es que nos obsequian con muchas ocasiones de reírnos.
·Ningún mentiroso ha mostrado jamás tanto entusiasmo como Marchais porque le sorprendan en flagrante delito de impostura en el mismo instante en que lo comete. El pobre Marchais reflejaba el engaño incluso en las ocasiones en que decía la verdad, despropósito coyuntural que, por otra parte, ningún historiador ha podido jamás sospechar en él.
( Jean – Francois Revel, Memorias, 2007, Pag. 455-525 )