December 23, 2009

 

Nuestro viejo conocido Ehrlich


Me gusta el tipo. No conozco a nadie que, como él, sea capaz de equivocarse en todo lo que dice. Recientemente encontré unas declaraciones suyas que no tienen desperdicio:

“Hay demasiada gente en la Tierra. La solución es reducir la población o el consumo por persona, o mejor ambos. La Tierra puede soportar, como máximo, 2 mil millones de personas. Es la cifra que había en 1934, cuando yo nací. Lograr esa cifra de forma humanitaria llevaría mucho tiempo. Podrías disparar a un tercio de la población pero no queremos hacerlo así. Se puede cambiar de forma casi instantánea el modelo de crecimiento pero no el ritmo de crecimiento de la población. Estados Unidos necesita un Presidente con agallas que diga que nadie ha dado nunca una razón de por qué debe haber más de 140 millones de americanos vivos a la vez. Lo patriótico sería limitar el número de hijos. Las parejas deberían parar en el segundo. Tener más es egoísta e irresponsable”.

En cada frase hay dos o tres errores o contradicciones. Para no alargar demasiado, me limitaré a los más básicos.

Primero: Si la Tierra sólo puede soportar 2 mil millones, pero lleva décadas soportando mucho más ¿qué debemos pensar? ¿Es tonta, o demasiado paciente, o quizás Ehrlich está equivocado? Qué casualidad que la población correcta era la del año en que nació nuestro personaje. Parece que el tipo tiene su ego.

Segundo: Ehrlich se coloca dentro del grupo que parece tener derecho a decidir cuánta gente debe vivir. Hay que reconocer que es un humanista que no quiere eliminar violentamente a la gente. Pero ¿qué le impide dispararse a sí mismo?

Tercero: Nuestro amigo incurre en una contradicción monumental. Por un lado, es urgente reducir la población a 2 mil millones. Por otro, lo que propone es limitar los hijos a dos por pareja. Dado que la tasa de reposición de la población anda por 2.2, se necesitarían varios siglos para lograr la meta propuesta.

Cuarto: Nadie tiene que justificar la población existente. Lo que existe, existe. No es que debe haber más de 140 millones de norteamericanos. Simplemente están ahí. La carga de la prueba recae sobre quien piensa que no deben existir. Curiosamente, no he conocido a ningún neomaltusiano que piense que él no debe existir. Los que sobran son los demás. Es algo parecido a los partidarios del aborto. Ninguno de ellos fue abortado.

Nada, que Ehrlich está en plena forma. Hace cuarenta años era un morón intelectual. Y es evidente que ha desarrollado notablemente su potencial.

Comments:
Por que será que siempre que las regulaciones se crean, "curiosamente" deben ser aplicadas a cualquier otro, menos al que las propone? Pareciera que es el sello de fábrica de los que predican la intervención estatal
 
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